Gambas al ajillo estilo Karlos Arguiñano: fáciles, ricas y perfectas para hacer a última hora

Esta receta de aperitivo clásico es perfecto cuando tienes invitados, y no pararás de mojar pan

Receta De Gambas Al Ajillo De Karlos Arguinano
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Anabel Palomares

Editor

No cabe duda de que el marisco ocupa un lugar privilegiado en cada una de las cenas y comidas que preparamos en las fiestas. Pero se nos olvida que hay vida más allá de los gambones al horno y de los clásicos langostinos cocidos con salsa rosa. Por suerte para todos los mortales, el rey de la cocina casera tiene una receta infalible para un aperitivo de última hora con gambas. Karlos Arguiñano compartía en sus redes sociales una receta de gambas al ajillo tradicionales pero riquísimas

Para hacer unas gambas al ajillo para cuatro personas solo necesitamos 600 gramos de gambas ya peladas (unos 400 gramos ya peladas), dos dientes de ajo grandes, una guindilla y aceite de oliva, además de sal y perejil picado para decorar.

Receta de gambas al ajillo tradicionales

Ni de que decir tiene que, como bien explican los expertos en gastronomía de Directo al Paladar, si queremos hacer las mejores gambas al ajillo, “es preciso contar con buenos ingredientes: en este caso, buenas gambas, buenos ajos españoles y por supuesto, un buen aceite de oliva virgen extra”. Cuanto mejor sea el producto, mejor será el resultado final, y en un plato tan sencillo como este, hay mucha diferencia entre usar un buen marisco o no hacerlo.

Comenzamos por pelar las gambas retirando las patas, la cabeza y el caparazón. Aprovechamos para quitar también la tripa de las gambas. No tires la cabeza ni los restos de pelar las gambas, puedes marcarte un buen fumet de marisco o un caldo de gambas de los que quitan el hipo.

Gambas Al Ajillo Elaboracion

Ahora vamos a aromatizar el aceite de oliva con un poco de picante y ajo, mejor en una cazuela de barro si tenemos, aunque no es imprescindible. Fileteamos los ajos y lo añadimos al aceite caliente junto con una cayena o dos si nos gusta más picante. Cuando el ajo esté dorado, añadimos las gambas con un toque de sal y dejamos que se hagan durante un minuto. Les damos la vuelta, apagamos el fuego y tapamos con un plato para que terminen de cocinarse con el calor residual. 

Es importante que ni los ajos ni las gambas estén demasiado hechas para que no pierdan frescura y estén en su punto. Una vez cocinadas, espolvorea con perejil picado y ya estarían listas para comer y mojar pan, muchísimo pan, porque ese aceite de las gambas es puro sabor.

Fotos | Farhad Ibrahimzade en Pexels, Atresmedia

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