Ni sartén ni airfryer: el truco de Arguiñano para asar las castañas en casa y que queden como las de un puesto callejero

Cuando empiezan a bajar las temperaturas, pocas cosas apetecen tanto como unas castañas recién asadas. Son el aroma y el sabor por excelencia del otoño: reconfortantes y dulces, pero con ese punto ahumado que tienen hechas en las brasas de los puestos callejeros. Sin embargo, reproducir ese resultado en casa no siempre es tan fácil como parece.

Por suerte, Karlos Arguiñano ha salido al rescate, una vez más, con una fórmula sencilla pero efectiva para conseguir que queden igual de ricas en casa que en la calle. El método del cocinero vasco apenas requiere esfuerzo y garantiza una textura tierna por dentro y crujiente por fuera.

Cómo preparar castañas asadas en casa como Arguiñano

Lo primero siempre es lavarlas bien con agua para eliminar cualquier resto de tierra o polvo. A continuación, marcamos cada una con una pequeña incisión con un cuchillo afilado. Esto es necesario para evitar que revienten en el horno al calentarse.

Después, las colocamos en una bandeja de horno (o papel de horno en su defecto) y las metemos a hornear a 200 °C durante unos 20 ó 25 minutos, según su tamaño. Eso sí, tendremos que moverlas a mitad de tiempo (a los 10-12 minutos) para que se asen de manera uniforme.

Una vez doradas y con la piel abierta, las espolvoreamos con un poco de sal y las envolvemos en un paño limpio. Por último, dejamos reposar unos diez minutos. El vapor ayudará a que se puedan pelar sin esfuerzo. El resultado son unas castañas aromáticas y con ese sabor inconfundible de puesto callejero, pero sin salir de casa.

Otros motivos por los que comer castañas es siempre buena idea

Laa castañas no solo están deliciosas sino que son un alimento muy completo y saludable. Aportan carbohidratos complejos, que liberan energía de forma gradual, y tienen muy poca grasa, lo que las hace más ligeras que otros frutos secos. También son ricas en fibra, que ayuda a la digestión, y minerales como potasio, magnesio y calcio, esenciales para la salud muscular y ósea. Además, su contenido en antioxidantes contribuye a proteger las células frente al estrés oxidativo.

Foto de portada | Zentolos y El Hormiguero

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