Tanto si estás a medio preparar un bizcocho y te has dado cuenta de que no te queda polvo de hornear o si te gustaría llevar tu repostería casera al siguiente nivel y que el impulsor que emplees esté también hecho en casa, estás en el lugar correcto. Otra buena noticia es que, probablemente, ya tengas todos los ingredientes necesarios para hacer la levadura en tu despensa. Verás que el resultado no solo es igual de efectivo y esponjoso que usando el producto comercial sino que, además, vas a ahorrar dinero.
La levadura en polvo que compramos en el supermercado parece barata cuando la compramos por cajas, que suelen rondar los dos euros y pico por unos 80 gramos de producto distribuidos en sobres. Sin embargo, como ya os contamos, uno de los errores más habituales que cometemos al valorar el precio de un comestible es no tener en cuenta el peso por kilo. De este modo, tomando de referente el impulsor gasificante en polvo Royal hemos constatado que, actualmente, tiene en Mercadona un precio de 28,125 € el kilo. Barato no es.
En realidad, la levadura química del supermercado se compone de tres polvos diferentes:
- Un agente leudante: aumenta el volumen y produce cierta forma y textura en la fase final de la masa.
- Un agente ácido: acelera la producción de dióxido de carbono para que la masa se hinche.
- Un agente estabilizante: evita que la reacción sea prematura.
Juntos, estos polvos aportan suavidad y esponjosidad a los bizcocho y otras preparaciones que han de pasar por el horno. Pero, sin saberlo, normalmente ya tenemos todos estos elementos en los armarios de la cocina, por lo que podemos fabricar nuestro propio polvo de hornear sin necesidad de tener que bajar a la tienda.
El secreto está en el ingrediente principal que se encuentra en los sobres comerciales: el bicarbonato de sodio, que es el agente leudante de la mezcla. Añade un componente ácido, como puede ser zumo de limón o vinagre blanco y ya estaría.
En lo que respecta a las proporciones, solo hay que mezclar media cucharadita de bicarbonato de sodio con una cucharadita de zumo de limón o vinagre. Eso sí, tu levadura química casera tendrás que usarla en el momento ya que no se puede conservar.
Foto de portada | Aanfel lanane
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