Podría parecer que tener en casa sábanas y toallas de tacto tan agradable como las de los hoteles pasa por invertir mucho dinero en ellas o contar con una lavandería profesional en casa. Sin embargo, te vas a quedar muerto o muerta cuando te contemos que existe un truco sencillo y barato que utilizan los profesionales de la limpieza para tener unas toallas siempre perfectas y que puedes replicar.
Obtener en casa esa suavidad característica de las toallas de hotel, que parecen estar siempre impecables, aún a pesar de que se lavan con muchísima frecuencia puede ser tan sencillo como acordarnos de comprar vinagre blanco de limpieza cuando pasemos por el supermercado.
Sucede que este producto es muy respetuoso con los tejidos y puede ser nuestro mejor aliado para que en nuestro cuarto de baño cuelguen las toallas más limpias y suaves. En materia de lavado, el vinagre blanco es un producto multiusos. Por un lado facilita, que se suavicen las fibras de las toallas y, al mismo tiempo, elimina los restos de suciedad y detergente. No obstante, la clave para conseguir ese efecto hotel reside en seguir estos pasos a la hora del lavado:
Pretratamiento con vinagre blanco
Antes de lavar las toallas, conviene hacer un pretratamiento usando vinagre blanco. Para ello, tenemos que hacer una mezcla con una parte de vinagre blanco con tres partes de agua. Después, sumergimos las toallas en la mezcla durante unos 20 ó 30 minutos para que las fibras se suavizan y se elimina la suciedad.
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Lavado
A continuación, procedemos al lavado en lavadora, para el que tenemos que añadir una taza de vinagre blanco en el compartimento del suavizante. El vinagre actuará como un suavizante natural y dejará las toallas con una textura muy agradable.
Eso sí, conviene reducir la cantidad de detergente que usemos para lavar las toallas porque, como ya hemos comentado, el propio vinagre blanco ya ayuda a limpiarlas. Además, utilizar jabones o detergentes en exceso es un error si queremos conseguir este efecto. De hecho, se corre el riesgo de que suceda precisamente lo contrario.
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También, para conseguir una limpieza eficaz y que las toallas estén limpias y suaves, no debemos sobrecargar el tambor de la lavadora. Al juntar demasiada cantidad de ropa, el proceso es menos efectivo y la fricción de unas toallas con otras provoca que se endurezcan.
Secado a baja temperatura
Una vez limpias, las toallas deben secarse a baja temperatura si queremos garantizar la máxima suavidad. Además, esto ayuda a que duren más tiempo. Lo más recomendable es introducir la colada en la secadora, junto a una bola de secado o con una pelota de tenis. Esto evita que se rocen unas toallas con otras y ayuda a conseguir una mayor suavidad en las toallas.
Foto de portada | Karolina Grabowska
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