Frances McDormand, mucho más que una gran actriz que ha ganado cuatro Oscars

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Frances McDormand ha conseguido esta madrugada el tercer Oscar a la mejor actriz de su carrera, los dos últimos, además, con solo tres años de diferencia. El primero llegó en 1996 por Fargo, después se alzaría con la misma estatuilla por Tres anuncios en las afueras en 2017 y ahora repite con Nomadland, la gran triunfadora de esta 93ª edición. De hecho, por ella se ha llevado a casa también un pedazo del galardón a la mejor película, ya que la actriz es también productora de la misma.

Nomadland cuenta la historia de una mujer que decide vivir como nómada en una caravana tras perderlo todo en la última crisis económica, lo que le permite conocer diferentes lugares y personas a lo largo y ancho de Estados Unidos. De este modo, retrata las consecuencias de la voracidad de un sistema que ha convertido la precariedad en forma de vida, haciendo colapsar víctima de la desigualdad a la sociedad.

Es la película indie del año y, sin duda, la más aclamada por la crítica. La última prueba es que ha convertido a Chloé Zhao en la segunda mujer de la historia de los Premios de la Academia de Hollywood en conseguir una estatuilla a mejor directora (la primera fue Katryn Bigelow en 2010). En el caso de Frances, hasta ayer solo tres actrices habían logrado acumular tres Oscars en la categoría de mejor interpretación femenina: Meryl Streep, Ingrid Bergman y Katharine Hepburn (que llegó a sumar cuatro).

No obstante, la implicación de la actriz en este proyecto va mucho más allá de haber puesto el cuerpo a las ordenes del personaje. Ella es también una de las productoras de la cinta, por lo que son dos, en total, los Oscars con los que McDormand se alzó victoriosa anoche. Protagonizó, además, uno de los momentos más comentados cuando, al recoger el segundo galardón, aulló sobre el escenario para homenajear a su “manada” en la película.

Doblete en los Oscars como mejor actriz y productora

No es la primera vez que la actriz llama la atención por su intervención a la hora de agradecer la estatuilla. En 2018, cuando se impuso a Sally Hawkins, Margot Robbie, Meryl Streep y Saoirse Ronan con su interpretación de una madre que busca vengar la violación y el asesinato de su hija, Frances pisó al escenario Dolby Theater con un propósito muy claro: homenajear a todas las mujeres, ganadoras o no, lo que le valió una gran ovación del público.

Tras agradecer a su familia el apoyo, Frances pidió a todas las mujeres nominadas presentes en la gala que se pusieran en pie: actrices, directoras, guionistas... (la primera en hacerlo fue Meryl Streep) y, a continuación, lanzó una pulla a los productores presentes en el teatro: "No habléis con nosotras esta noche en las fiestas. Habladnos en los despachos". Y se despidió reclamando inclusión.

Tres años después, sus demandas se hacían realidad en una entrega en la que las mujeres han sido las grandes protagonistas, con dos directoras nominadas a la vez por primera vez y convirtiéndose ella misma en la primera mujer en hacer doblete consiguiendo premio como mejor actriz y productora.

Por otro lado, Fern, el personaje de McDormand, esta mujer hastiada, dura y sufrida, se creó mezclando las historias de varios nómadas de la vida real recogidas en el libro de la periodista estadounidense Jessica Bruder en el que se basa Nomadland. No obstante, también incluye mucho de la historia personal de McDormand.

Para empezar, 20 años antes de la película, la actriz le había dicho a su esposo, Joel Coen (del dúo de cineastas conocido como los “hermanos Coen”), que cuando cumpliera 65 años, se iba a cambiar el nombre a Fern, se iba a comprar un cartón de Lucky Strikes y una botella grande de Wild Turkey, iba a subirse a una caravana e iba a empezar a conducir. Así que, Zhao trabajó el guión a partir de esa fantasía.

Después hay pequeñas referencias y pistas desperdigadas por la cinta que entrelazan la vida real de Frances con la de su personaje: las primeras letras del apellido de Fern (el nombre real de la actriz es Cynthia Ann Smith), la vajilla con diseño de hojas otoñales (regalo de sus padres cuando se graduó en la Escuela de Arte Dramático de Yale), unas líneas de Macbeth (la primera obra de teatro representó cuando estaba en el instituto)...

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Una estrella del cine atípica

Actualmente, Frances McDormand tiene 63 años, una edad que en Hollywood supone el ocaso de la carrera de las actrices. Sin embargo, ella se ha negado a dejar de ser relevante. Centrarse en la actuación y en contar historias es algo que lleva haciendo desde el inicio de una carrera que ha preferido mantener en el indie. Tras ganar su primer Oscar, rechazó todos los contratos publicitarios que le llegaron, a pesar de que aquello podía comprometer sus opciones futuras en el cine, pero ella quería recuperar el misterio. De este modo, la actriz cree que ha podido llevar al público "a un lugar donde no podría hacerlo alguien que vendiera relojes o perfumes en las revistas”, según declaró en una entrevista a Vogue.

Asiste ella misma en persona, en lugar de mandar a un sustituto como suelen hacer los actores, a las pruebas de luces y de cámara y, aunque se formó sin problemas en el teatro, sí le costó hacerse un hueco en Hollywood. En las audiciones, siempre era demasiado algo: vieja, joven, gorda, flaca, alta, baja, rubia, morena... Así que se especializó en ser eso otro que en algún momento iban a necesitar y llegó Fargo y el icónico personaje de una agente de policía.

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No obstante, fue la miniserie de HBO Olive Kitteridge la que supuso un punto de inflexión en su carrera. Nominada a los Globos de Oro y arrasando en los Emmy, su objetivo fue enseñar a los espectadores la variedad de formas en las que las mujeres pueden expresar su emoción más allá de las lágrimas. Es por esto que la actriz insistió en que su personaje no llorara. Finalmente, acordaron un par de momentos de llanto para que el público pudiera sentir afecto por ella.

De los fans no acepta selfies, a cambio charla con ellos un rato. Además, suele pasar por las alfombrar rojas sin maquillaje o habiéndose maquillado ella misma. Incluso en 2019 se presentó en la ceremonia de los Oscars con sandalias Birkenstock. ¿Cómo no amarla?

Fotos | Nomadland

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