Elegir el tono de colorete según tu color de piel es imprescindible. El rubor es lo mejor para conseguir ese ansiado efecto buena cara pero debemos tener cuidado en no usar de más o escoger un tono inadecuado para nuestra piel. ¿Nunca te ha pasado eso de parecer Heidi? Si la respuesta es sí, entenderás de lo que hablo.
Personalmente, el rosa de los mejillas me gusta muy suave con una pizca de iluminador para añadir frescura al rostro. Amo el maquillaje natural y estoy segura de que el colorete es un básico (sobre todo cuando no tenemos colorcito de verano) pero te prometo que en exceso este producto de maquillaje es capaz de arruinar el efecto no make up. En vez de aspecto fresco, conseguirás un look forzado que te hará parecer mayor.
Encontrar uno (o varios) polvos de color que den buen resultado es una maravilla. Y precisamente por eso cuando llegué a la Palette Factory de By Terry en Sephora tuve claro que quería hacerme un colorete.
By Terry es una firma de cosmética francesa que acaba de traer a Sephora un servicio de lo más chulo: la posibilidad de personalizar y construir tú misma tus polvos. Llevando una versión mini de su fábrica a las tiendas, permite que creemos combinaciones de colores a medida. Sombras de ojos, polvos de sol, coloretes, iluminadores... todo lo que sea maquillaje de polvos lo puedes personalizar.
Puedes crear mezclas más o menos homogéneas, tríos de colores separados o colores salpicados de toques de otros tonos, lo que tu elijas. Yo escogí hacer lo primero, más funcional para un colorete.
Cuando lo tienes claro, tienes que elegir la combinación de colores que te apetezca usar. Hay más de 5.000 combinaciones posibles. 44 tonos y tres texturas: mate, satinado o metalizado. Yo elegí los tonos Cream Pearl, Tender Sienna y Pink Pong.
Una vez tengas los colores, con unas paletas se depositan los pigmentos en el molde. Para, posteriormente, con ayuda de la "beauty designer" de la marca, pesarlos. Si eliges tres colores usarás 1,7 gramos de cada uno.
A continuación, se debe poner un trozo de tela encima para pasar a prensar los pigmentos del molde con una máquina.
Una vez que se introduce el molde en la máquina viene la parte mecánica. Subir y bajar la manivela para conseguir la presión necesaria. Y, ¡voilá!. Cuando se retire el molde estará el maquillaje totalmente compactado.
Este fue mi resultado. Unos polvos igualitos a los que comprarías de normal pero personalizados. Una maravilla. Ya no solo por la posibilidad de conseguir exactamente el color que buscas, sino por la experiencia. Te sientes como una científica en un laboratorio.
Para terminar, insertas los polvos en un estuche morado y te dan a elegir entre diferentes fundas de cartón estampadas. ¡Y vienen con certificado de autenticidad!
Por el momento este servicio de personalización extrema solo estará disponible en las tiendas Sephora de Sol en Madrid y Triangle en Barcelona. El proceso se lleva a cabo asesorado en todo momento por un experto de By Terry. Y el precio va desde los 39 euros (para los compactos de un color) hasta los 45 euros (para las paletas de tres colores).
Fotos | @maralafontan, Trendencias