Ayer se celebraba en Nueva York la el décimo aniversario del perfume J’adore de Dior y el hotel Standard de la Gran Manzana recibía a esas celebrities que nunca se pierden una celebración. A ver: lo de sacar siempre fiestas glamurosas no es para dar envidia, sino un puro ejercicio sociológico. Nos sirve para comprobar sobre el terreno qué llevan las famosas a los eventos elegantes y coger ideas.
¿Sí o no? Es el mejor escaparate. Mucho mejor que cualquier pasarela. Porque los desfiles son un contexto muy particular. Lo que hay que saber es cómo aplicar eso que vemos en una Semana de la Moda o en las tiendas, en la vida real.
Lo divertido es comprobar como entiende cada una los códigos de etiqueta. Por ejemplo, Lydia Hearst (a la que ví el año pasado en Cibeles y me pareció guapísima en directo), que se toma al pie de la letra lo del lujo y se enfunda en un vestidazo de lentejuelas dificilmente encontrable en una tienda a pie de calle. De todos modos, me encanta. Perfecta para celebrar los 10 años de existencia de un perfume tan rococó.
De rojo y de Dior iba también Coco Rocha. Con un vestido de la colección Pre-fall 2009.
De dorado, tal y como debieran mandar los cánones, iba una Tinsley Mortimer que a mi siempre me parece que acierta en la elección de sus complementos (y su laca de uñas).
Con brocados y efecto ligeramente plateado iba Lake Bell. Muy favorecida con esa silueta lápiz y marcando curvas.
Y de blanco y un tanto anodina, Harley-Viera Newton. Que en cuestiones de estilo se acerca a el estándar Chloë Sevigny: el pelo siempre lacio y suelto, complementos mínimos y aires de “yo no me arreglo”. Pero me parece bien. Es una manera muy desenfadada de entender el vestir de noche y nadie puede culparlas de ir disfrazadas.
En el apartado de casuals de la noche encontramos paradójicamente a mi querida Olivia Palermo. Que mona iba, pero siendo ella como es podía haber abusado un poco más de lo exagerado.Aunque la verdad es que Olivia suele ir más llamativa de día, a diario, que de noche. Cuando se pone el sol siempre intenta pasar desapercibida…
Otra a la que lo mismo le da ir de compras que a una fiesta porque suele vestir igual, es Nicky Hilton. Siempre de negro. Y con aires pseudo-punk.
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