Millones de viajeros pasan por Madrid cada año. Probablemente, ninguno se marche sin haber puesto el pie en lugares tan emblemáticos e ineludible como la Puerta del Sol, la Plaza Mayor o el templo de Debod, entre otros lugares turísticos por excelencia. Sin embargo, Madrid es mucho más y esconde joyas que merece la pena visitar.
Templo ortodoxo ruso
Asqueladd (Wikipedia)
Este templo de estilo neobizantino es sede de la Iglesia Ortodoxa rusa en Madrid y está considerado catedral desde 2019. Es una de esas postales que uno no espera encontrarse nunca en España y que, por unos segundos, te transporta a otro lugar muy lejano. Próxima a la estación de metro Pinar del Rey, cuenta con cinco cúpulas doradas coronadas por cinco cruces, elevadas sobre unos torreones blancos.
Montaña artificial del Retiro
El parque del Retiro es una de las visitas obligada de Madrid. Sin embargo, es tan grande que esconde lugares no tan conocidos. Es el caso de esta zona con cascadas y jardines románticos que acaba de reabrir sus puertas tras 20 años cerrada al público. La Montaña Artificial es uno de los caprichos que el rey Fernando VII promovió en una zona que delimitó del uso público para su disfrute y el de su familia.
Mirador oculto
Manuel Mohedano Torres
Lo de que el Retiro esconde lugares poco conocidos es tan literal que uno de ellos está escondido a plena vista. Y es que en el gran estanque coronado por la imponente estatua de Alfonso XII esconde en su gran columna de 30 metros de altura un mirador. Estuvo cerrado hasta 2018 y tiene una de las mejores vistas de la capital.
Cerro del Tío Pío
Victoriano Izquierdo
Las luces del atardecer de Madrid son una auténtica preciosidad. Su skyline brilla de manera especial durante la golden hour. Uno de los lugares más curiosos para verlo y, de paso, hacer picnic con tu pareja o amigos es el Cerro del Tío Pío, en Vallecas. Aunque es más conocido popularmente con el nombre de Parque de las 7 Tetas por sus montañas de césped con esta forma.
Estación de metro fantasma
Turismo de Madrid
Perteneciente a la primera Línea de Metro inaugurada en Madrid en 1919, entrar en la estación de Chamberí es volver al Madrid de los años 50 y 60 tan solo bajando unos escalones. Cerrada desde 1966, ahora se pueden volver a disfrutar sus acabados brillantes, coloristas y luminosos tal y como eran en visitas guidas gratuitas.
Foto de portada | MP
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