Tan excitante como viajar y visitar otros lugares, conocer gente diferente y vivir nuevas experiencias es alojarse en hoteles fuera de lo común, ya sea por el lujo que ofrecen, por su increíble localización, por un servicio insuperable, por las vistas o por ese je-ne-sais-quoi del que tanto hablan los franceses. Al menos una vez en la vida hay que alojarse en alguno de ellos… y no olvidarlo nunca.
Conrad Maldives Rangali Island Hotel, por su increíble restaurante con vistas al mar.
Ya hemos hablado de este hotel en otro artículo, pero insistimos. Sobre todo, si eres un fanático del buceo o de los tesoros que se esconden debajo del mar, las Islas Maldivas son un gran destino turístico gracias a sus blancas arenas, el color turquesa e increíble de sus aguas y las más de 187 especies de coral que te están esperando.
Shangri-La Hotel (Paris), porque sus vistas no tienen competencia.
Casi parece un fotomontaje hecho con Photoshop y no una imagen real, pero las vistas desde este hotel merecen la pena, aunque sólo sean por una noche y por el placer de levantarse y saber que vas a desayunar en esa terraza.
Hotel Kakslauttanen (Finlandia), para vivir la noche más espectacular de tu vida.
Los iglús climatizados y totalmente privados que conforman este hotel son el lugar perfecto para contemplar la Aurora Boreal, pero sin renunciar al confort y al lujo de contar con un refugio exclusivo.
Burj Al Arab (Dubai), porque una vez en la vida hay que experimentar el auténtico lujo.
Se conoce como el hotel más lujoso del mundo, una torre de más de 321 metros de altura situado en una isla artificial junto al mar en el Golfo Pérsico. Pero imaginamos que el verdadero lujo va mucho más allá de su presencia y localización y que se debe también a las siete estrellas que posee, a sus suites con una media de 175 metros cuadrados o a sus amenities elaboradas por Hermes, por poner un ejemplo.
The Southern Ocean Lodge (Australia), para visitar la Australia más profunda respetando el medio ambiente.
Situado en la Isla Canguro, la tercera más grande de Australia, este hotel puede ser el perfecto punto de partida para hacer rutas guiadas y ser testigo de la vida salvaje de la zona, pero sin perder ni un ápice de comodidad gracias a sus instalaciones exclusivas. El hotel ha sido diseñado para fundirse con el paisaje, con sus azoteas de caliza y sus líneas perfectas. Una fusión perfecta de naturaleza y lujo.
Jade Mountain Resort (Santa Lucía), para disfrutar de tu propia piscina con vistas.
Cada una de las 29 suites de este hotel es única y especial, pero más único es que ninguna de ellas tenga más de cuatro paredes, siendo la tercera las vistas panorámicas a la montaña. Y por supuesto, el paso hacia esa piscina privada de la que nadie en su sano juicio querría salir.
Park Hyatt (Tokyo)... y creerte que eres uno de los protagonistas de Lost in Translation.
Para los fans de Sophia Coppola este es uno de los escenarios más emblemáticos de su filmografía. En el Park Hyatt de Tokyo las habitaciones de invitados comienzan en el piso cuarenta y uno, así que las impresionantes vistas están aseguradas.
Wynn Hotel (Las Vegas), porque lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas.
Si algún día viajas a Las Vegas merece la pena hacer las cosas a lo grande y alojarse en el hotel que según Condé Nast Traveler es el más opulente de la ciudad. La única apuesta segura que podrás hacer allí.
Hotel Marqués de Riscal (Álava), para saber qué se siente durmiendo en una obra de arte.
Frank Gehry es el responsable de la espectacularidad arquitectónica que es este hotel, el lugar ideal para los amantes del diseño, del arte, de la gastronomía y, como no, del buen vino.
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En Trendencias|Trece hoteles raros, raros, raros que jamás te creerías que existen (y que no te puedes perder)
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