Sabemos que andar todos los días tiene numerosos beneficios que van desde la quema de calorías hasta reducir la probabilidad de sufrir enfermedades crónicas como nos explican los expertos en deporte de Vitónica, reducir la ansiedad o estimular la función inmunológica. Es uno de esos ejercicios que podemos seguir haciendo cuando cumplimos años, al menos en la mayoría de ocasiones. Incluso si lo que buscamos es reducir la fragilidad de adultos mayores.
La fragilidad es el deterioro progresivo relacionado con la edad de los sistemas fisiológicos, que aumenta la vulnerabilidad a los factores de estrés y el riesgo de caídas, por ejemplo. Aunque pueda parecerlo, caminar más rápido no es un factor de riesgo para una mayor fragilidad, sino una forma de evitarla.
Las personas que caminan a paso rápido tienen un riesgo significativamente menor de muerte por cualquier causa, independientemente de su nivel de actividad física o índice de masa corporal. Según este otro estudio, una mayor intensidad al caminar se asocia con una reducción del riesgo de mortalidad, incluso después de ajustar por el número total de pasos diarios. Es decir, es mejor caminar menos y más rápido que hacer más pasos andando más despacio y llegar a esos 20.000 que algunos se empeñan en hacer cada día.
Un reciente estudio liderado por el doctor Daniel Rubin, médico anestesista y profesor adjunto en la Universidad de Chicago, asegura que caminar un poco más rápido de lo habitual (al menos 14 pasos por minuto más rápido que su velocidad habitual) podría mejorar significativamente la salud de los adultos mayores, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chicago. En concreto se descubrió que los adultos frágiles o en riesgo de ser frágiles podían mejorar su salud y calidad de vida caminando.
Cómo saber cuál es el mejor ritmo para mí
Tal y como declaró a BBC Science Focus el Dr. Daniel Rubin, “los adultos mayores que caminan más rápido viven más”. Aquellos que caminaron a 100 pasos por minuto, lo que los expertos consideran un ejercicio de intensidad moderada, obtuvieron las mayores recompensas. Lo complicado en estos casos es saber cuán rápido es suficiente. Con un smartwatch con podómetro no es complicado medirlo, pero no todos tenemos y tu ritmo de intensidad moderada puede no ser el mío.
En el estudio, como explica Rubin, se pidió a los adultos mayores que “intentaran caminar a un ritmo que les hiciera difícil cantar pero fácil hablar”. Tras los resultados, se puede ofrecer a los adultos mayores una orientación sencilla y específica, como “intente caminar cinco pasos por minuto más rápido que su ritmo habitual'”, aseguraba Rubin, y así “ayudarlos a mejorar su estado físico”.
Podemos usar una aplicación de un metrónomo como las que usan los músicos, para que nos marque el paso. El Metrónomo de Soundbrenner puede servirte para iOS y para Android. Puedes hacer coincidir el ritmo de tus pasos con el del metrónomo, y aumentar o disminuir el ritmo en la aplicación hasta que te sientas cómodo. “Una vez que encuentres tu ritmo cómodo, puedes añadir de cinco a diez pasos por minuto y ajustar el ritmo para aumentar tu cadencia”, asegura Rubin. “El objetivo sería alcanzar de 10 a 15 pasos por minuto más rápido, según lo toleres”.
Si estamos hablando de ancianos o adultos mayores, es importante que el paso al caminar siempre sea seguro. Si nos mareamos, sentimos que perdemos el equilibrio o tenemos dificultad al caminar, podemos reducir el ritmo. En cuanto al número de pasos, la cifra buena es 7.000 pasos al día para los de más de 60 años y 8.000 pasos para los menos de 60 años. Con eso obtendrás los beneficios óptimos de caminar a diario.
Fotos | Simon Hurry en Unsplash, Delphine Beausoleil en Unsplash, Anna Tremewan en Unsplash, Pexels from Pixabay
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