María Barba
Editor SeniorEditora de shopping en Webedia desde 2018, coordinadora ecommerce de Lifestyle&Food en Webedia desde 2022 y creadora de necesidades desde 2013.
Me encantan los zapatos feos. Dicho a si, este artículo no parece prometedor pero puedo matizar esta confesión, lo prometo. Como buena amante de la moda y el diseño me gusta explorar las tendencias más raras, innovadoras y sorprendentes, especialmente en el terreno de los bolsos y el calzado. Es más, me declaro adicta a estos dos accesorios por encima de todas las cosas (será que nunca cambian de talla y por eso me gustan tanto).
Bailarinas tabi de piel - Karva
El caso es que cuanto más raro sea el bolso o el zapato en cuestión mejor. Todo esto me lleva a un montón de comentarios de amor-odio de mi entorno (o de desconocidas que me siguen en redes). Las culpables de los comentarios más dispares en mi feed y en persona últimamente son unas bailarinas de Ulanka que no pasan desapercibidas.
Se trata de un clon de un diseño de lujo que me obsesiona desde hace dos temporadas: las tabi de Margiela. Solo que en lugar de cientos de euros, las encontré en Ulanka por 59,99 euros. He de decir que tras muchas decepciones con clones baratos la calidad de este diseño me ha dejado loca. La piel es súper suave, se adaptan al pie que da gusto (sin rozaduras ni nada que se le parezca) y la plantilla acolchadita es comodísima, como andar en una alfombra mullidita. Lo digo con conocimiento de causa porque las estrené el día que más camino de todo el año: el domingo de Ramos en Sevilla.
Este día para mi es una tortura por varios motivos: no soy muy fan de la Semana Santa -lo hago por amor básicamente- hay que arreglarse bastante, nivel look de invitada a boda de día y además, se pasan muchas horas de pie o caminando (por lo que los tacones son inviables y unas zapatillas deportivas se verían demasiado informales).
Mis pies el domingo de Ramos
Por eso, en cuanto me probé estas bailarinas tuve claro que serían las protagonistas del primer día de la Semana Santa. Y no me equivoqué, aguanté todo el día perfectamente y mis pies no sufrieron para nada. Ahora eso sí, los comentarios de mi querida familia política fueron para enmarcar. A mi cuñada le daban grimita por la forma de pezuña, mi cuñado directamente se echó a reír y a mi suegra le encantaron. Es lo que ocurre con este par de bailarinas: las amas o las odias.
Probándome las bailarinas con un vestido fresquito de verano
Pero la cosa quedó ahí, como no tengo vergüenza y las adoro subí una foto a mi cuenta de Instagram con el modelito del domingo de Ramos: un vestido marrón chocolate con estampado de rayas blancas y mis ''Tabi'' low cost. No recibía tantas reacciones y comentarios desde que me dedicaba a las redes a tiempo completo (hace ya mil años y dos mil seguidores menos).
La gente flipaba, me preguntaba donde las había conseguido y si eran cómodas. Otras me confesaban que le parecían un horror y otras, simplemente tenían sentimientos encontrados. Así que confirmo que con estas bailarinas se consigue lo que busco cuando invierto en algo especial: no dejar indiferente a nadie. Si no hay reacción es que es algo anodino y soso. Pero no soy la única que lo piensa, este tipo de bailarinas (las originales y los clones) arrasan en redes.
Cómo llevan las Tabi las expertas
Confieso que me pasé un buen rato en la tienda con las bailarinas amarillas en el pie derecho y el celeste en el izquierdo, indecisa hasta el momento de pasar por caja. El amarillo mantequilla es el color de moda -aunque el celeste es el otro tono de la temporada- pero precisamente por eso, ya tengo una chaqueta buttercream. Lo bueno es que son tonos que quedan genial juntos y eso unido a que ya tengo un bolso chocolate inclinó la balanza hacia el azul (el resultado es uno de los looks más cool que tengo ahora mismo y que repito sin parar).
Pero la verdad es que el tono amarillo también va ideal con propuestas casual y originales como esta que encontramos en la propia cuenta de Ulanka. Una chaqueta estampada en tonos negros y blancos, vaqueros y las tabi. Un combo perfecto que yo matizaría con un bolso de rafia para darle un rollo más mediterráneo al conjunto.
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Fotos | @maria_barba, Ulanka
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