Como bien explican los Gottman en su libro “Siete reglas de oro para vivir en pareja”, los conflictos en las relaciones se dividen en insolubles y solubles. Los problemas solubles son menos intensos y se deben a causas eventuales. No esconden ningún aspecto profundo de la persona y es posible solucionarlos fácilmente y evitar así que escale a los problemas que como pareja, no tienen solución. Aunque eso sí, se puede tener una relación de pareja saludable hasta con problemas insolubles siempre que aprendamos a gestionar los conflictos de una forma adecuada.
Siguiendo esa línea, nos encontramos con una frase que usan las parejas inteligentes y que si tú y tu pareja usáis a menudo, estaréis demostrando que sois más fuertes que la mayoría: “lo siento”.
“Lo siento”, una de las frases más fuertes y necesarias en cualquier relación de pareja
Iria Reguera, psicóloga y directora de Trendencias, nos explica que “decir lo siento es muy útil cuando las dos personas de la relación se hacen responsables de sus errores”, es decir, es importante que este comportamiento sea bidireccional. No sirve de nada que solo haya una persona de la pareja que se disculpe aún cuando es la perjudicada, porque no se trata de que sea una frase mágica, sino de que sea el reflejo de que hay responsabilidad afectiva por parte de ambos.
"Lo siento" es una forma de reconocer no solo la responsabilidad que hayas podido tener en la situación que haya generado el problema o el malestar en la otra persona, sino que ayuda a que la otra persona sienta que reconoces y tienes en cuenta el dolor que le hayas podido causar. Con ese "lo siento" le dices a tu pareja que "te importan sus sentimientos, que te afecta haberle hecho daño o haberla enfadado y que los tienes en cuenta. Ayuda a que la otra persona sienta su experiencia validada y reconocida", como nos explica Iria.
"Facilita la conexión y que la otra persona sienta que tiene la libertad y posibilidad de expresar sus emociones y de hacer saber a su pareja cuando algo le ha hecho daño o le ha molestado. Cuando se ha sentido herida. Sin miedo de que la otra persona lo vaya a negar o quitarle importancia", afirma, algo que no ocurre por ejemplo en los casos en los que sufrimos gaslighting.
Pero la experta advierte: "es importante que los "lo siento" sean sinceros y que vayan acompañados de cambios reales, porque cuando no son sinceros la otra persona lo percibe claramente". Si a pesar de habernos disculpado y reconocido el error, repetimos la misma acción una y otra vez "el "lo siento" puede acabar sonando vacío y dejando en evidencia que no hay un arrepentimiento real ni intención de cambio", explica Iria.
Algo más que un "lo siento" según la psicología: la disculpa consciente
Según la doctora Cheryl Fraser, psicóloga y una de las expertas del famoso Instituto Gottman de relaciones de pareja, hay que practicar una disculpa consciente. Decir “lo siento" es un buen comienzo, pero no es suficiente si no va acompañado de un “proceso de comunicación compasiva” en el que ambos participan, no solo quien cometió el error.
En este proceso existen dos perfiles, el que sabe que se ha equivocado y ofrece una “reparación”, y el que recibe las disculpas y sabe de la importancia de escuchar ese lo siento y aceptarlo con amor. Ambos, como explica la psicóloga, son “responsables de su relación y de unir lo que se ha roto porque la reparación responsable es un trabajo de dos personas”.
Cómo practicar la disculpa consciente en tres pasos
La psicóloga Cheryl Fraser nos explica que para que esta disculpa consciente sea realmente efectiva debe comenzar por la disculpa de aquella persona que ha cometido el error o se ha equivocado. La fórmula correcta para disculparte es usar la forma acción, disculpa y mejora: “hice x, lo siento y me comprometo a x”.
Como decíamos, no se trata solo de disculparnos y que se quede en eso, sino de que realmente haya un compromiso. Te pongo un ejemplo. Tu pareja llega siempre tarde a vuestras citas y eso te hace daño porque sientes que no tiene en cuenta ni valora tu tiempo. “Debería haber salido antes de casa. Siento mucho haber llegado tarde y sé que tu tiempo es valioso. De ahora en adelante me comprometo a no hacerte esperar cuando quedemos”.
El segundo paso es que la persona ofendida acepte las disculpas usando una fórmula agradecer, reconocer y aceptar: “Gracias por decir X, te agradezco que seas dueño de lo que dijiste y te perdono por x”. No se trata de enfadarnos ni de adoptar una actitud de orgullo, sino de aceptar que la otra persona está haciendo un esfuerzo por disculparse de la mejor de las formas. A lo anterior podríamos responder con un “gracias por admitir que has llegado tarde por una mala gestión de tu tiempo, te agradezco que te hagas cargo y te perdono”.
Llegados a este punto la experta añade un tercer paso que ha llamado “empezar de nuevo”, porque no sirve de nada perdonar si metemos en un termo y en la próxima discusión lo sacamos calentito. Si perdonamos, perdonamos y si no estamos preparados, es mejor no mentir a nuestra pareja, decirle un “no pasa nada” y que eso se enquiste, porque con varias así lo único que conseguiremos es transformar un problema soluble a uno insoluble.
Podemos asentar ese perdón y la disculpa con un gesto cariñoso como un abrazo o un beso y siguiendo el ratio 5-1 del que hablan los Gottman: por cada interacción negativa durante un conflicto, una pareja estable y feliz tiene cinco (o más) interacciones positivas.
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