No consigo llegar al orgasmo con mi pareja, ¿es porque me masturbo mucho?

No consigo llegar al orgasmo con mi pareja, ¿es porque me masturbo mucho?

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No consigo llegar al orgasmo con mi pareja, ¿es porque me masturbo mucho?

Cuando me masturbo suelo llegar al orgasmo casi siempre, pero cuando estoy con mi pareja rara vez lo consigo. ¿Será que me he acostumbrado a hacerlo sola y por eso no puedo con otra persona? ¿Me estaré masturbando demasiado? Si te sientes identificada con algo de esto sigue leyendo, porque no, no eres la única... y no, que te masturbes no tiene nada que ver con las dificultades para alcanzar el orgasmo en pareja.

Estas dos preguntas las he escuchado no pocas veces en consulta y fuera de ella... Así que insisto: si es tu caso, debes saber que no eres la única a la que le cuesta infinitamente más llegar al orgasmo en pareja que cuando se masturba: es algo que pasa a muchas mujeres y hombres, así lo confirma, concretamente en el caso de las chicas, un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine en 2018.

Los motivos

  • ¿Cómo te sientes acerca de masturbarte?
  • ¿Estás completamente cómoda con ello o hay un regustillo amargo al final?

¿Por qué te pregunto esto? Socialmente la masturbación femenina sigue siendo un tanto tabú y algo “impropio”, algo que una chica con pareja “no debería necesitar” (sí, seguimos escuchando estas cosas aunque no te lo creas), de manera que muchas a pesar de disfrutarlo y de hacerlo, luego no se sienten del todo bien o se cuestionan si deberían dejar de hacerlo.

Esto suele hacerse más patente, claro, cuando además encontramos dificultades para alcanzar el orgasmo en pareja, porque viene, entre comillas, a confirmar esas “ideas” acerca de la masturbación femenina. Pero no, que disfrutes de tu cuerpo y que lo hagas las veces que te de la gana no es lo que hace que el orgasmo te sea esquivo en pareja.

¿Cuáles son entonces los motivos?

No hay un motivo único y universal, en cada caso es posible encontrar una combinación de varios factores. Estos son algunos de ellos:

  • Hay otra persona: esto, que parece de perogrullo, es algo a tener en cuenta, porque no es lo mismo tú solita, que tener al lado a alguien que respira, que te toca (a su ritmo, con sus manos)... para lo bueno, y para lo malo. Cuando te masturbas tú tienes el control de TODA la situación, de TODO lo que en ella sucede, y claro, en pareja no.
  • Cuando te masturbas estás totalmente concentrada en el placer, ya sea en lo que sientes, en lo que piensas o en lo que estás viendo (si es que te masturbas viendo porno, por ejemplo). Pero con otra persona los factores sobre los que posar nuestra atención se multiplican, y con ellos nuestra distracción.
  • Si pensamos que sí o sí hay que llegar al orgasmo, que además ha de llegar durante la penetración y, a poder ser, los dos al mismo tiempo, vamos a estar más pendientes del cómo y del cuándo que del placer, lo que hará que sea mucho más difícil tener un orgasmo. En estos casos pueden invadirte pensamientos del tipo “A ver si llega”, y ese pensamiento lo único que hace es alejarlo.
  • ¿Cuánta es la estimulación necesaria para llegar al orgasmo? ¿Cuánto debe durar? Evidentemente no hay una sola respuesta para esta pregunta, dependerá de lo que tú necesites, y eso pueden ser 2 minutos... o 20. Muchas parejas (ellos y ellas) creen que con unos pocos minutos es más que suficiente, pero algunas mujeres al hacerlo con otra persona necesitan más tiempo, ¡y es de lo más normal!
  • Coito, coito, coito. Si nos limitamos al coito, o dedicamos una cantidad de tiempo mínima a “todo lo demás” (no lo llamemos previos, porque no lo son), estaremos perdiendo una estimulación maravillosa que seguro nos acerca al orgasmo (o nos lo pone en bandeja).
  • Control: a veces nos cuesta “dejarnos llevar”, y al no estar relajadas del todo con otra persona el orgasmo se resiste. Relfexiona: ¿te preocupa que tu pareja piense algo negativo si te dejas llevar? ¿Qué temes que pueda pasar? ¿Hay algo que te avergüence?

No es un motivo: a veces pensamos que quizá esto se deba a que hay un problema en la pareja, pero no necesariamente esto es así. Si crees que es tu caso, reflexiona acerca de ello, ¿crees que podría ser cierto? De ser así, piensa en qué factores de tu relación podrían mejorarse, qué necesitas, qué hay que cambiar y habla con tu pareja (siempre podéis acudir a un terapeuta de pareja que os ayude en el camino).

chica encima de chico, con la ropa interior puesta

¿Hay algo que pueda hacer?

Cuando hay dificultades para alcanzar el orgasmo, los sexólogos nos apresuramos a recomendar pasar tiempo “jugando a solas”, entre otras cosas, pero como tú ya lo haces, y te va genial, prueba con estos otros consejos:

  • Concéntrate en lo que estás sintiendo, no es si viene o no viene, porque entonces te estarás saliendo de la escena y observándola desde fuera, lo que lleva en la mayor parte de los casos a no llegar al orgasmo.
  • Déjate llevar: no intentes controlarte, ni medir tus movimientos, palabras o gemidos... haz lo que te pida el cuerpo, que es precisamente para lo que “hemos venido”, ¿no? A veces tenemos “perder el control” o quedar expuestas, y en cierta forma eso hace que no nos abandonemos al placer. ¡Pues ahora a soltarse!
  • Date tiempo: esta es quizá una de las variables más decisivas pero que al mismo tiempo más cuesta. Como decía antes, evidentemente no es lo mismo hacerlo sola que con otra persona, que se mueve, que te toca... que no eres tú y tu concentración total. Muchas mujeres que no lograban el orgasmo en pareja consiguen tenerlo cuando dejan de estar pendientes del tiempo que llevan, cuando sus parejas no las presionan “porque ya llevan mucho rato” (esto lo he escuchado en consulta, tal cual)... Para que te hagas una idea, el estudio que mencionaba al inicio de este artículo, el del Journal of Sexual Medicine, indica que de media, las mujeres que participaron tardaban unos 8 minutos en llegar al orgasmo cuando se masturbaban, frente a los 14 cuando era en pareja.
  • Prueba cosas: a veces lo que a ti te funciona a las mil maravillas estando sola no es efectivo con otra persona, pero si hay algo maravilloso en el sexo (a parte del sexo en sí mismo, que es lo más) es la posibilidad de explorar, de jugar, de probar, etc. Quizá nunca lo imaginaste ni era algo con lo que fantaseabas, pero resulta que en cuanto probaste a... fue infalible.
  • El clítoris es nuestro amigo: su estimulación garantiza excitación, así que tú, tu pareja, con un balín vibrador, con un anillo, con la lengua, con la mano, con lo que se te ocurra... * Durante el coito probad posturas en las que ambos, o al menos uno de los dos, tengáis acceso a tu clítoris, ¡y a estimularlo!
  • Lubricante: para estimularte el clítoris y/o para la penetración un poco de lubricante puede suponer la diferencia.
  • Incorpora la masturbación (ya que es infalible) a tus relaciones de pareja: puedes masturbarte delante de tu pareja si es que es algo con lo que os sentís cómodos, o puedes enseñarle cómo te gusta de manera específica... o podéis hacerlo los dos a la vez (masturbarte, digo).
  • Cuando te masturbes, prueba de diferentes formas: es cierto que en esto de masturbarse los humanos solemos ser muy “sota, caballo, rey” y tendemos a hacer “lo que funciona”. Probar nuevas formas tú sola, relajada y tranquila puede ser una buena forma de reorientar tu placer de cara a relaciones sexuales con otra persona.

No, no te pasa nada malo, así que, que nadie te intente convencer de lo contrario. Disfruta del sexo, sola o acompañada, haz lo que te apetezca, lo que te pida el cuerpo, pide lo que quieras, déjate llevar... y oye, si al final no llega el orgasmo, ¡que te quiten lo bailao!

Nota: a pesar de lo dicho, si te sientes mal al respecto o está afectando a tu relación o a tu autoestima, acude a un especialista, seguro que puede ayudarte.

Fotos | Pixabay.com

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