Teletrabajo desde hace seis años y una de las transiciones que más me han costado y me siguen costando en mi vida, es la de no tener muchos días una interacción social más allá de una pantalla.
Antes tenía un empleo con un entorno laboral muy físico, rodeada siempre de gente, con un trabajo en equipo que hacía que siempre tuviera relaciones sociales. Ahora, si quiero ver a alguien tengo que salir a la calle porque vivo sola y esa soledad a veces se incrementa si no salgo ni a comprar el pan.
Había notado que cuanto más sola me sentía, más usaba el móvil. Puede que en parte sea para tratar de paliar esos sentimientos pero según el último estudio que ha caído en nuestras manos, lo cierto es que ocurre lo contrario: por muy conectados que estemos, nos seguimos sintiendo solos. Te contamos cuál es el efecto real del uso de los teléfonos en nuestro bienestar mental según la ciencia.
El estudio que revela la relación entre usar el teléfono y sentirnos solos
El estudio en cuestión ha sido publicado en Journal of Social and Personal Relationships y se ha realizado con un seguimiento del tiempo frente a la pantalla por la Universidad de Columbia Británica y un laboratorio de medios en Alemania. No son especulaciones sino datos contrastados y, por lo tanto, las conclusiones tienen mucho más peso y eso hace que también sean más preocupantes.
Para llevarlo a cabo se estudiaron a 325 usuarios de entre 14 y 80 años, el 58% mujeres, que se instalaron una aplicación de seguimiento y respondieron cuestionarios tres veces al día durante seis días. Tras analizar los datos se encontró una correlación entre la conexión digital y el bienestar emocional. Según los resultados, podría existir un círculo vicioso entre usar más el teléfono y sentirse menos conectado socialmente. A más uso del smartphone, menos conexión. En cualquier caso, sabemos que correlación no implica causalidad y el propio estudio señala que el efecto encontrado es bajo por lo que hace falta más investigación.
De hecho, “en los momentos en que un individuo usaba más su teléfono en la hora anterior a una encuesta, reportaba niveles más bajos de bienestar momentáneo”, explican los autores en sus conclusiones. Y no existía ninguna evidencia de lo contrario, lo que sugiere que el uso de los smartphones puede conducir a una disminución del bienestar pero no al revés.
Más conectados, pero mucho más solos
Por mucho que estemos conectados de manera virtual, lo cierto es que el ser humano se siente solo si no tiene más interacción que esta.
No es el único estudio en este campo. La agencia de publicidad Summer realizó un análisis sociológico llamado Summer Hits v.1. ‘Hiperconectividad, ¿la nueva forma de sentirse solos?, en el que ya se analizaba si la hiperconectividad era en realidad un eufemismo para la soledad, porque el consumo de contenido en el teléfono durante nuestro ocio aumentaba los picos de ansiedad hasta el 12%.
Siguiendo con esa soledad provocada por la conectividad, en 2019 salía a la luz este otro estudio que afirmaba que los millennials eran la generación que se sentía más sola, de hecho el 22% de los adultos de entre 23 y 38 años no tenía ningún amigo. Los motivos los analizaron los expertos de Xataka y los recuperamos ahora para destacar uno de ellos: las conexiones digitales. A pesar de que Internet nos ayuda a mantener contacto con personas que están lejos, el vínculo no es directo y provoca que aumente la sensación de soledad.
Los motivos por los que usar el teléfono puede hacernos sentir solos
Pongamos algo en contexto. En 2022, nueve de cada diez españoles usaban las redes sociales y pasaban casi dos horas al día en ellas según los datos que Hootsuite y We Are Social publicaban en Digital 2022. Si vemos estos datos, y hablamos del uso de los teléfonos, tenemos que hablar de las redes sociales. Es posible que el malestar del que te hablábamos al principio nazca, en parte, de lo que ya nos explicaba Lorena Ruiz López, psicóloga general sanitaria: “Las redes afectan negativamente a nuestra autoestima, especialmente a las adolescentes que se comparan con modelos o famosas que aparecen en sus perfiles mostrando una vida aparentemente maravillosa".
Según Roger Patulny, profesor asociado de sociología en la Universidad de Wollongong en Australia, "las redes sociales son más efectivas para abordar la soledad cuando se utilizan para mejorar las relaciones existentes o forjar nuevas conexiones significativas. Por otro lado, es contraproducente si se usa como sustituto de la interacción social en la vida real”. Es decir, dependiendo de cómo las usemos, ayudan a la soledad o no.
La cuestión no es tanto la tecnología como el uso que se hace de ella, tal y como asegura Iria Reguera, psicóloga y redactora jefa de Trendencias. Ella lo compara con la comida: "La comida es un elemento neutro, es saludable si lo usamos para nutrirnos, para socializar, para disfrutar y puede afectarnos si la usamos para llenar un vacío, por causas emocionales, para controlarla porque sentimos que es lo único que podemos controlar. Las nuevas tecnologías como los smartphones o las redes sociales parecen que llevan mucho tiempo con nosotros, pero en realidad son muy recientes y todavía estamos aprendiendo a convivir con ellas. La educación aquí es clave para hacer un uso saludable de ellas".
Tras la pandemia, según este estudio de 2022, se vió que “las redes sociales pueden ofrecer recursos sociales significativos en tiempos de distanciamiento social, pero no pueden proteger contra una mayor angustia psicológica entre quienes se perciben a sí mismos como solitarios". Es decir, si nos sentimos solos, las redes sociales no ayudan a que nos sintamos mejor.
Lo que sí es una verdad absoluta es que si no nos conectáramos tanto a nivel digital, tal vez tendríamos más tiempo para conectarnos a nivel físico con las personas que nos rodean, con nosotros mismos y con lo que queremos y no queremos de la vida.
Parece, a juzgar por los datos del primero de los estudios que estar más conectados afecta a nuestra sensación de bienestar. Tal vez es el momento de hacer un parón en redes sociales a modo detox digital. Por cuidar de nuestra salud mental y nuestro bienestar, más allá de una pantalla.
Fotos | Sasha Freemind, Hiki App y Anthony Tran en Unsplash
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