Cuando somos pequeños, nos enseñan a lidiar con nuestras emociones y sentimientos con mayor o menor fortuna. En algunos casos son más reconocibles y en otros, menos. Y el problema es que si no identificamos qué es lo que sentimos y cómo lo sentimos. Puede que nos lleguen emociones mal llamadas negativas y no sepamos cómo gestionarlas porque en la mayoría de los casos no tenemos suficiente información sobre ellas.
Por eso, a veces nos cuesta ser felices, o al menos eso es lo que dice la experta en felicidad Stephanie Harrison, fundadora de The New Happy y oradora. “Sin saber cómo “sentir” nuestros sentimientos, es difícil tratarnos con compasión, tomar decisiones sabias y crecer como individuos”, explica a la CNCB. La experta cuenta cómo lo consigue en solo dos minutos y por qué te hará más feliz.
Añadir este hábito te hará feliz en solo dos minutos
Nota el sentimiento y nómbralo
Cuando llega ese sentimiento, lo primero que haremos es notarlo, reconocer que está ahí y centrarnos en él. ¿Qué siento en este momento? Puedes prestar atención a cualquier sensación física como que cierras los puños con fuerza porque estás sintiendo ira.
Una vez que lo notes, es el momento de nombrarlo. La experta asegura que poner tus emociones en palabras las hace más fáciles de manejar, algo que ya vimos cuando te contamos el proceso de journaling que nos enseñó una psicóloga. Describe el sentimiento y trata de ser lo más específica que puedas. Si pueden identificarlo con una sola palabra (miedo, angustia, ira, pena, envidia, tristeza…), mejor. Y si puedes, dilo en voz alta: “estoy sintiendo miedo”. Si no quieres que nadie te escuche, puedes verbalizarlo en tu cabeza.
Acepta ese sentimiento y permanece en él
Como bien nos decía la psicóloga y directora de Trendencias Iria Reguera, “no hay emociones negativas o positivas. Todas ellas son emociones, todas ellas son válidas y ninguna de ellas es evitable”, así que lo que haremos es aceptar ese sentimiento o emoción que te ha llegado. No hacerlo, aunque te parezca una locura, puede tener consecuencias, porque hay investigaciones que demuestran que reprimir nuestras emociones afecta al bienestar físico y mental.
Al aceptar la emoción o el sentimiento, estamos caminando hacia una gestión saludable de las emociones, así que de nuevo diremos “acepto que estoy sintiendo miedo en este momento”. Según la neurocientífica Jill Bolte Taylor, la experiencia fisiológica de una emoción dura sólo 90 segundos, así que ábrete a esa emoción y comprométete a experimentarla al completo y prestándole atención hasta que ese sentimiento cambie. Y lo hará porque a nivel cerebral como decíamos, no dura más de 90 segundos. Notarás que has pasado de la tormenta o que surge otro sentimiento en su lugar.
Sé compasiva y reflexiona sobre lo que te ha pasado
Como bien explicaba Iria, “el primer paso para hacer una gestión saludable de tus emociones es reconocerlas y aceptar que existen”. Igual de importante es mostrarte compasiva y entender que esa emoción ha pasado por ti es tan válida como cualquier otra.
Stephanie Harrison afirma que es fundamental “recordar que esta emoción tiene un propósito. Puede ayudarte a comprenderte mejor, y a que entiendas qué necesitas. “Cuando reprimimos nuestras emociones, nos aislamos de esta percepción”, explica, así que vamos a preguntarnos qué pensamiento nos llevó hasta esa emoción, si está relacionado de alguna manera con alguna necesidad o qué puede enseñarnos haber sentido lo que hemos sentido.
Decide cómo quieres responder
Ya hemos identificado el sentimiento, le hemos puesto nombre, lo hemos aceptado y experimentado y toca decidir qué haremos después. ¿Necesitamos ayuda? ¿Hay algo que podemos hacer diferente? Al poner en valor nuestras emociones estamos aprendiendo a gestionarlas de una forma saludable, y entender lo que nos ocurre nos hará más felices en solo dos minutos tal y como asegura la experta Stephanie Harrison.
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