Cuando hablamos de habilidades sociales lo hacemos de aquellas que nos permiten interactuar con otros de una forma efectiva. La empatía, la escucha o la capacidad de comunicarnos dependen en gran manera de nuestra inteligencia emocional. Hay ciertas frases que podemos escuchar de forma habitual en las personas con esas habilidades sociales más desarrolladas. ¿Cuántas usas tú?
“Cuéntame más sobre eso”
En el libro de Dale Carnegie, ‘Cómo ganar amigos e influir sobre las personas’ ya aparecía un concepto relacionado con esta frase: es más poderoso estar interesado que ser interesante. Esta frase que demuestra que eres buena conversadora, es también una frase que resume a la perfección el concepto de Carnegie. Si estamos hablando con alguien y le pedimos que nos cuente más sobre un tema del que está hablando, damos espacio a la escucha y demostramos un interés genuino en lo que la otra persona tiene que decir. Esta, se siente escuchada y atendida, y quien escucha tiene una oportunidad de aprendizaje.
“Lo siento”
La disculpa no nos hace parecer débiles, aunque en ocasiones creamos lo contrario. Como explicaba la psicóloga María Esclapez en su libro ‘Me quiero, te quiero’, “siempre que la otra persona se sienta molesta, independientemente de si consideráis que la otra persona tiene razón o no”, es necesario pedir perdón. Haciéndolo demostramos empatía y habilidades sociales.
“Debe haber sido duro”
Cuando nos cuentan algo, una situación complicada, un desafío, un problema, podemos caer en la trampa de querer arreglarlo. En muchas ocasiones la persona que tenemos enfrente solo necesita una cosa: ser escuchada. Los expertos en psicología de Therapyside afirman que sentirse escuchado “es una experiencia que nos conecta emocionalmente, que nos valida y que nos recuerda que somos valiosos e importamos”. Con la frase “debe haber sido duro” hacemos sencillo lo complicado, y nos paramos para dar espacio al dolor de la otra persona.
“Entiendo lo que estás diciendo, pero…”
Tener inteligencia emocional no solo significa saber escuchar y tener empatía. La asertividad es una habilidad social que nos permite expresar nuestras necesidades y opiniones respetando la de otros, y con esta frase demostramos que la tenemos. Una persona con habilidades sociales puede dar su opinión respetando a la otra persona, pero siendo honesta, dándole espacio a la perspectiva de la otra persona sin necesidad de darle la razón, sino ofreciendo su punto de vista aunque sea diferente.

“Te escucho”
La capacidad de escucha es vital si hablamos de habilidades sociales. Si realmente tenemos, sabremos escuchar. La psicóloga Ana María Sepe explicaba en Psicoadvisor que cuando le decimos a otra persona que la estamos escuchando, “creamos una escucha empática”. Esa escucha empática implica que damos valor a lo que el otro tiene que decir, y lo hacemos sin prejuicios. Saber escuchar genera confianza, promueve una aceptación mutua, y consigue una conversación con un nivel de profundidad mucho mayor.
“Tienes razón/Puede que tengas razón”
En un mundo repleto de personas que intentan tener razón constantemente, aquellas socialmente hábiles no temen darle la razón a otra persona. Esta sencilla frase requiere humildad y significa que estás abierto a un punto de vista diferente y que tienes apertura mental. Esa apertura genera confianza y promueve una conversación mucho más constructiva. Eso sí, no se trata de dar la razón para terminar la conversación, sino escuchar y entender que su punto de vista es válido de una forma auténtica.
“Volvamos a lo que dijiste antes”
Según el experto en imagen pública Álvaro Gordia, “ser un buen conversador no significa acaparar la atención ni hablar sin parar, sino más bien saber cuándo intervenir, ofrecer comentarios valiosos y permitir que los demás expresen sus opiniones”. Cuando la frase “volvamos a lo que dijiste” se escucha en una conversación, significa que la persona que la dice presta atención. Demuestra que estabas escuchando. Los mejores conversadores no son los que más hablan sino los que escuchan con más atención.
“No lo había pensado de esa manera”
“El problema con la excesiva dependencia y confianza hacia nuestros juicios es que, además de alimentar una lucha constante con el permanente flujo de las cosas que inevitablemente suceden en la vida, también nos puede llevar a ver a nuestra mente como un persistente ente astuto, ágil y egoísta”, aseguraban los expertos del Centro de Psicoterapia Contextual. Te digo esto porque la frase “No lo había pensado de esa manera” es precisamente una forma de demostrar que la perspectiva de otro puede cambiar la tuya y con ello, crecer. Una persona con habilidades sociales más desarrolladas, es también alguien que no teme cambiar de opinión y huye de la rigidez mental.
“¿Cómo puedo ayudar?”
Decir “avísame si necesitas algo" o "estoy aquí si me necesitas" está bien, pero la frase “¿Cómo puedo ayudar?” va más allá y ofrece un apoyo directo. Demuestra iniciativa y hace que las personas se sientan cómodas, como demostró el protagonista de la serie de médicos ‘New Amsterdam’, que la decía en cada capítulo y de una forma genuina. No esperamos a que nos pidan ayuda, la ofrecemos sin reparos y eso, es inteligencia emocional.
"¿Cómo te sientes?"
Escuchas a una amiga contarte que su jefe sigue pidiéndole más y más trabajo sin tener en cuenta ni su sueldo, ni sus competencias ni que lleva años sin subirle el sueldo. Si le preguntamos cómo se siente, le damos la oportunidad de que además de que nos cuente el problema, se abra de manera emocional. Es importante, eso sí, que cuando preguntemos cómo se siente, demos espacio y tiempo para que se exprese, escuchando de verdad.
“Gracias”
Cerramos este listado con una de las palabras más potentes a nivel de inteligencia emocional y que, por desgracia, cada vez usamos menos: gracias. La Universidad de Harvard afirma que la gratitud tiene un impacto positivo en nuestro bienestar psicológico y nos hace más optimistas. Cuando le damos las gracias a otra persona, los beneficios los reciben ambas. Eso sí, como explicaba el sociólogo y psicólogo Arturo Torres, las personas agradecidas “no dan las gracias de un modo estratégico” para buscar un beneficio. Es ahí donde radica la diferencia entre alguien que sí tiene unas habilidades sociales por encima de la media, y alguien que no.
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