Si no puedes soportar ver notificaciones acumuladas en tu móvil, la ciencia te explica por qué

Si no puedes soportar ver notificaciones acumuladas en tu móvil, la ciencia te explica por qué

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Si no puedes soportar ver notificaciones acumuladas en tu móvil, la ciencia te explica por qué

Cuando eres una persona que padece de ansiedad se da la circunstancia de que hay muchas situaciones cotidianas que te crean más tensión de la habitual. Yo os confieso que entre esas cosas se encuentra la imperiosa necesidad de eliminar al instante cada notificación que me llega al móvil. Verlas amontonadas en la pantalla y no quitarlas me provoca una incomodidad continua.

Lo peor, en mi caso, es que no son solo las de mi teléfono las que me crean desasosiego, sino también las de los teléfonos de los demás. Cada vez que veo un teléfono móvil ajeno con cientos - quien dice cientos dice tres o cuatro - me entran unas ganas bastante incontrolables de quitarlas todas lo más rápido posible y me pregunto cómo pueden vivir esas personas con todo eso en la pantalla.

La culpable, la necesidad de control

Por suerte o por desgracia, no se trata de algo que me ocurra únicamente a mí y la ciencia ha decidido investigar el caso de las personas que necesitan responder a los emails en cuanto le llegan a la bandeja de entrada, además de el estrés que nos produce tener notificaciones sin responder acumuladas en nuestro teléfono móvil.

En 2012, unos investigadores encontraron que alrededor del 70% de los e-mails relacionados con trabajo que recibimos se contestan en aproximadamente seis segundos desde que los recibimos en nuestra bandeja de entrada. Esto viene a querer decir, en resumidas cuentas, que estamos pendientes de las notificaciones de manera bastante constante.

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Otras investigaciones al respecto han encontrado que las personas que no utilizaban el e-mail durante una semana tenían menos niveles de estrés. Aparentemente, según los resultados de esta investigación, la necesidad de responder cuanto antes a los mensajes y las notificaciones se debe a una importante necesidad de control. No negaré que me siento identificada.

Cambios en la química de nuestro cerebro

El efecto de las notificaciones en nosotros es tal que podrían, incluso, llegar a modificar la química de nuestro cerebro. Al menos eso es lo que encuentran algunas investigaciones recientes. Según estos estudios, cada vez que recibimos una notificación nuestro cuerpo segrega cortisol que es la hormona conocida como "hormona del estrés".

Esta hormona está relacionada con los niveles de estrés, hace que se nos acelere el pulso y podemos incluso sentir las manos sudorosas o tensión en los músculos. Este nivel de estrés se mantiene mientras no revisamos las notificaciones y, según los resultados obtenidos en las investigaciones, en cuanto cogemos el teléfono y miramos la notificación aliviamos esa tensión.

Es este flujo entre tensión y alivio la que cambia la que podría estar cambiando la química de nuestro cerebro y crear cierta "adicción". Estas notificaciones - y sobre todo revisarlas - acaba siendo casi como un refuerzo para nuestro cerebro que cada vez necesita revisarlas con más rapidez.

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Esta necesidad tiene solución

La buena noticia de todo esto es que, si quiero, puedo dejar de tener la necesidad de quitar todas las notificaciones de mi móvil - y de los móviles de los demás -. El problema es que durante un tiempo voy a tener que pasarlo mal.

El paso más importante para solucionarlo es intentar dejar el móvil lejos de nosotros mientras estamos trabajando, en el cine, o comiendo con amigos es una buena manera de comenzar. Los primeros días es posible que sintamos tensión, pero poco a poco conseguiremos con más facilidad evitar el móvil.

Si tenemos el móvil cerca y recibimos una notificación, es también buena idea que retrasemos de manera consciente el momento de revisar el móvil y que intentemos tolerar la tensión que esto nos crea. Una buena opción es distraernos con otra cosa, centrando la atención en lo que sea que estuviéramos haciendo antes de recibir la notificación.

Poco a poco, dejaremos de segregar tanto cortisol cuando recibamos una notificaciones y se irá disipando la relación estrés-refuerzo que hemos creado. De esta manera quizás las personas como yo consigamos tolerar, por imposible que nos parezca, tener varias notificaciones en la pantalla de nuestro móvil.

Imágenes | Unsplash, @i_chamo, Giphy

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