Joel Calata
EditorDurante las vacaciones muchas personas asocian automáticamente las fiestas con kilos de más, pero no es una condena inevitable si se toman ciertas claves con un poco de cabeza y sin perder la diversión de comer y brindar con familia y colegas.
Sobre cómo evitar el aumento de peso en estos días de excesos, la idea de que es totalmente posible disfrutar de la temporada sabiendo que hay trucos para mantener la línea es válida: y se puede festejar sin renunciar a lo que te apetece, todo con sentido común y equilibrio.
En un artículo para Valet Mag, los expertos citados recuerdan que no sirve de nada "hacer trampa" con las calorías de antemano si luego se llega hambriento a la comida principal, porque eso suele disparar el picoteo y los atracones. En su lugar, la recomendación es mantener unos patrones de alimentación regulares, comer antes de los eventos y dejar que la fibra y los vegetales te llenen antes de atacar todo lo demás.
Asimismo, aunque parezca una obviedad, el alcohol se alza como uno de los grandes culpables ocultos en estas fechas. Las bebidas navideñas y copas de más no sólo suman calorías sin darte cuenta, sino que además pueden debilitar tu autocontrol y hacer que te tientes con todo lo que hay encima de la mesa, desde turrones hasta canapés que normalmente ni mirarías.
Alternar con agua o bebidas sin azúcar y marcarte un ritmo de consumo consciente ayuda a seguir pasándolo bien sin que tu cuerpo lo resienta después.
Además, tienes que saber que no tienes que culparte si te das algún capricho, porque de eso va la vida social navideña. El truco está en aplicar la regla del 80/20, es decir, intentar que la mayoría de tus elecciones sigan siendo saludables, pero sin volverte loco ni sentir que estás en un régimen estricto.
Comer despacio y prestar atención a las señales de saciedad te ayuda a saborear la comida sin atiborrarte, y estudios sobre nutrición también apoyan que comer con calma puede evitar que tu cuerpo te pida más de lo que realmente necesita.
No menos importante es mantener la actividad física, aunque las vacaciones y el clima inviten más a tumbarse en el sofá que a calzarse las deportivas. Un paseo después de comer, una ruta en bici o incluso un entrenamiento suave por la mañana pueden marcar la diferencia porque ayudan a compensar esas calorías extra sin que se convierta en una tarea pesada.
Incluso estudios independientes señalan que mantener una rutina de ejercicio incluso ligera durante la temporada festiva contribuye a que tu metabolismo no se ralentice y se mantenga activo.
En definitiva, no hay que demonizar la comida ni el brindis, sino poner en práctica una combinación de decisiones sencillas que hagan que las vacaciones puedan ser memorables tanto por lo que se disfruta como por cómo te sientes después.
Planificar con antelación, mantener horarios, alternar bebidas, moverse un poco más y, sobre todo, escuchar a tu cuerpo son estrategias que te permiten saborear la temporada sin empezar enero con la sensación de que todo tu esfuerzo anterior se ha esfumado.
Foto de Nicole Michalou | Foto de Tima Miroshnichenko
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