Por primera vez en años, la representante de España está en el top 5 de las apuestas para ganar Eurovisión. No obstante, Chanel tiene competencia y algunos de sus rivales han conseguido enamorarnos hasta a nosotras, que vamos a muerte con la cubana. Y es que el Festival Internacional de la canción es demasiado ecléctico y pintoresco para tener un solo favorito. Como prueba, ojo a las propuestas de estos participantes:
Rumanía: Llámame, de WRS
La de Chanel no es la única canción con toques patrios que sonará en Turín este año. WRS, el representante de Ucrania, no solo se ha puesto flamenquito en la coreografía de Llámame sino que, tal y como el título de la canción revela, viene con un estribillo en español y muy pegadizo (y un poco surrealista también). Una pena que, finalmente, se haya decidido prescindir del baile del pañuelo que inicialmente incorporaba la coreo.
Noruega: Give That Wolf a Banana, de Subwoolfer
Aunque parezca fake news, uno de los mejores puestos que ha obtenido España en Eurovisión en los últimos años lo consiguió Chikilicuatre en 2008 con Baila el Chiki Chiki, que quedó en decimosexta posición. Lo "experimental" y el mamarracherío tienen cabida en el Festival de la Canción mucho más allá de la risa y este año esa cuota la protagoniza Noruega con sus lobos amarillos que parecen sacados de Los Simpson.
Francia: Fulenn, de Alvan & Ahez
Después del Benidorm Fest pensábamos que nunca sabríamos qué hubiera pasado en una realidad alternativa en la que las Tanxugueiras hubieran llegado a la final de Turín pero vamos a tener la oportunidad de hacernos una idea gracias a la apuesta de Francia. Con Fulenn, del trío de cantantes bretonas Ahez, podríamos jugar a encontrar las siete diferencias con respecto al Terra. Se trata de una canción de inspiración celta, con letra en un idioma estatal minoritario como es el bretón y que recoge la leyenda sobre una chica que baila de noche junto a una hoguera, huyendo de las normas sociales. Está, además, interpretada por tres vocalistas femeninas vestidas de negro con detalles dorados, entre otras similitudes.
Ucrania: Stefania, de Kalush Orchestra
¿Alguna vez te has preguntado cuánto dinero tendrías si te hubieran dado un euro cada vez que has escuchado, a lo largo de tu vida, eso de que "Eurovisión es todo politiqueo"? Este lugar común da también para un juego de beber chupitos pero puede que haya una base de verdad. Durante los ensayos del grupo de rap Kalush Orchestra se ha podido ver que los colores de la bandera de Ucrania iluminan el escenario al acabar la actuación de su canción . Con más de 4,2 millones de reproducciones, el suyo es el vídeo más visto de entre todos los participantes de Eurovisión en 2022. Aunque la letras es un homenaje a la madre del cantante, el apoyo a este país por la guerra podría verse reflejado en el resultado de la final.
Suecia: Hold me Closer, de Cornelia Jakobs
Suecia es, tradicionalmente, uno de los pesos pesados a batir del festival y este año no es menos. Hold me closer es un temazo que empieza como balada y va in crescendo. Si Chanel quiere llevarse el micrófono de cristal a casa tendrá que batirse en duelo antes con Cornelia Jakobs. Es una de las favoritas oficiales del público eurovisivo y es una apuesta segura decir que acabará en el top 5 (y que la seguiremos escuchando cuando acabe el concurso).
Italia: Brividi, de Mahmood & Blanco
Aunque ganaran el año pasado y este sean los organizadores, Italia podría hacer doblete porque ha pegado fuerte entre los eurofans con su propuesta y se repite entre los diez primeros clasificados en las casas de apuestas. Este baladón corre a cargo de dos cantantes que han unido sus voces para la ocasión y la letra habla, desde la vulnerabilidad, de una relación que ha llegado a su fin.
Grecia: Die Together, de Amanda Tenfjord
Amanda Tenfjord prometió una "balada única y especial, una explosión de emociones" y vaya si lo ha conseguido. Este año, en Eurovisión abundan las baladas pero la griega ha conseguido diferenciarse y que suene diferente al resto para que la recuerdes. Una propuesta muy íntima y personal, de las que te llegan a la patata de verdad.
Fotos | @corneliajakobsdotter
