Sí, probablemente a ti también te represente la reacción que tuvo Àngels Barceló cuando el presidente del gobierno anunció elecciones anticipadas en pleno verano, concretamente el 23 de julio.
Hemos visto en redes y leído en diferentes medios generalistas que Pedro Sánchez es todo un estratega y un político de lo más inteligente. Nosotras mientras tanto, aunque no negamos lo anterior, sentimos que estamos encerradas en un bucle y que esto no es más que una simulación. ¿Recuerdas las demos de juegos para que picaras el anzuelo y los comprases? Pues así "tolrato", sin comprarlo y completando la misma misión una y otra vez.
El caso es que tras haber salido de unas elecciones municipales, regionales también en muchos casos, en las que la sombra de la condena, del primer mundo, de que te toque en una mesa electoral ha sobrevolado nuestras cabezas, volvemos a sentir el miedo por ello, algo que aumenta en el caso de que ese finde tengas previsto asistir a algún evento del tipo boda, bautizo o comunión.
Si estás en esta situación hay forma de reclamar y que puedas seguir yendo haciendo acto de presencia en tu colegio electoral solo para votar, porque ya que te has currado ese look de invitada fantástico y maravilloso habrá que lucirlo, ¿no? Y celebrar el amor o cualquier sacramento, claro está.
En el supuesto de que este sea tu caso, lo que se contempla, según hemos leído en Valencia Plaza, es que como ciudadano no te puedes desentender de ello ni negar de forma unilateral, sino que sería necesario alegar la celebración del evento en cuestión.
Sin embargo, no todo vale, ya que para que esta justificación sea válida hay que demostrar que el protagonista de la boda, bautizo o comunión (padres en estos casos) sea la persona designada para asistir a la mesa, que el evento sea de alguien con quien la relación familiar sea, como máximo de segundo grado, que se trate de algo inaplazable o que implique un perjuicio económico importante.
Que también te decimos, quizás, si tampoco te apetecía demasiado ir a esa cita lo mismo te viene hasta bien, porque ya sabemos lo que implica asistir como invitado a una boda y cuánto dinero hay que dar como regalo. Vamos a tener que ir tomando nota del método inglés para lavarnos un poco las manos y no arruinarnos por el "sí, quiero".
Fotos | Wikipedia y Gtres
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