Después de haber vivido la Gran Recesión seguro que ya te sabes eso de que, en tiempos difíciles, se venden más pintalabios rojos. Fue el presidente de Estée Lauder, Leonard Lauder, el que en 2001 se percató de que, durante la última recesión económica mundial, las ventas de pintalabios rojos se habían disparado. Así nació el famoso "índice del lápiz labial" cuya fiabilidad volvió a confirmarse en un estudio publicado en 2012 que constató que al inicio de la crisis económica de 2008, mientras casi todas las empresas registraban pérdidas, L’Oréal las incrementó un 5,3%. No obstante, un buen Russian Red no es el único indice "informal" para medir el riesgo de recesión.
Si nos fiamos de estos indicadores de estar por casa, otro nos lo puede dar el catálogo de Inditex, Mango o cualquier otra firma de ropa. Solo hay que echar un vistazo a la sección de faldas: el corte midi gana por goleada a la mini. En Zara, por ejemplo, un filtrado rápido nos dice que ahora mismo tienen a la venta 72 modelos distintos de la primera y solo 34 de las segundas.
Esta temporada, las tendencias dicen que la falda se lleva larga y eso es algo que también sirve como oráculo económico. Este '"indice de dobladillo" fue una observación del economista de la Escuela de Negocios de Wharton, George Taylor, quien en 1926 desarrolló la teoría de que las faldas se vuelven más cortas cuando los mercados están al alza y más largas en tiempos de recesión.
Esto es algo que se pudo comprobar en la exuberancia económica de la década de 1920, cuando las faldas (y vestidos) encogieron hasta las rodillas. Sin embargo, tras el crash de 1929 volvieron a llevarse los cortes más largos. Pero, como la moda y la economía no solo van de la mano sino que son cíclicas, en 1960, y coincidiendo con unas condiciones financieras favorables, apareció en escena la minifalda.
No obstante, en 2010, un estudio elaborado por el Instituto Econométrico de la Escuela de Economía Erasmus (Países Bajos) analizó los datos mensuales sobre los dobladillos entre 1921 y 2009 y determinó que, aunque el índice es cierto, no serviría realmente para pronosticar ya que tiene "un desfase de unos tres años". ¿Serán entonces las faldas midi de ahora el resultado de la pandemia de 2020? Los número encajan.
Una de las razones a las que George Taylor creía que esto se debía es a no tener que gastar en medias ya que las piernas quedaban ocultas tras maxifaldas. Además, en tiempos de bonanza los productores pasaban presupuestos mayores por hilos o textiles, lo que podría explicar, en parte, por qué los diseñadores acortaban las faldas y aminorar, de este modo, los costos cuando las cosas van bien.
Sea como sea, el estancamiento de la economía es algo que oficialmente se refleja a través de indicadores económicos como el PIB, la tasa de desempleo o la balanza de pagos y las últimas noticias que llegan desde Bruselas es que la eurozona esquivará la recesión económica en esta ocasión. Eso sí, la falda larga, de momento, nos la quedamos, por si acaso...
Foto de portada | Zara
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