Cuando mi madre me contó que le echaban esto a las tostadas cuando se quedaban sin mantequilla en el campo me quedé a cuadros

El éxito de esta combinación de ingredientes no me lo vi venir

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María Yuste

Editor Senior
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María Yuste

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Aunque pueda venir un nutricianista a echarme la bronca, en mi casa siempre hemos sido más de desayunar dulce y yo, de momento, no tengo la intención de cambiarlo. Ya sean con pan de barra o de molde, las tostadas con mermelada y mantequilla para mí son tradición. Y, si para ti también lo son, te habrá pasado en más de una ocasión que no has tenido tiempo de ir a comprar y, cuando has ido a echar mano de la mantequilla o la margarina una mañana, no quedaba suficiente ni para media tostada.

No sé por qué será pero, en estos casos, el pan solo con la mermelda no está igual de bueno. Tanto que, cuando me pasaba, prefería pasar de las tostadas y optar por otra opción con lo que tuviera por casa... Hasta que las pasadas navidades, de visita en casa de mi madre, me transmitió una alternativa que ella había aprendido de su padre y que nunca se me habría ocurrido hacer.

Nunca conocí a mi abuelo, que murió mucho antes de que yo naciera, sin embargo sé que era un hombre del campo que cultivaba en su huerto sus propias frutas y verduras, además de criar a los animales que daban de comer a toda su familia. Y de ese estilo de vida procede esta delicatessen gastronómica.

Mario Mesaglio L87tjlmooqk Unsplash Mario Mesaglio

Basicamente, consiste en pasar de la mantequilla y, en su lugar, ponerle al pan en un chorro de aceite de oliva virgen extra. Esto así solo no es ninguna novedad, claro, pues mucha gente come pan con aceite en España... Sin embargo, el siguiente paso es echarle por encima la mermelada (del sabor que prefieras).

Cuando nos quedamos sin margarina en Navidad y mi madre me sugiró sustituirla por aceite de oliva, pensé que sería una combinación asquerosa y no me resultó apetecible ni lo más mínimo. Sin embargo, cuando le di una oportunidad me sorprendió lo bien que casan ambos ingredientes y el resultado tan delicioso que se obtiene. Fue todo un descubrimiento, incluso para tomar las tostadas así cuando todavía queda mantequilla y margarina en la nevera.

Foto de portada | Fernando Andrade

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