En cuestión de jamón serrano, los municipios onubenses de Aracena y Jabugo son aquellos que más renombre han adquirido en el imaginario colectivo con los años. Sin embargo, no es el único lugar de España en el que se producen (y consumen) ibéricos de excelencia. De hecho, hoy te queremos hablar de una alternativa en Castilla y León que solo conocen los más entendidos y que, encima, es uno de los pueblos más bonitos de España.
Para degustar el jamón de La Alberca, además de otros embutidos ibéricos de primer nivel, hay que desplazarse hasta el sur de la provincia de Salamanca. Se trata de un pequeño pueblo ,de poco más de 1000 habitantes, que cuenta también con el mérito de haber sido el primer pueblo de nuestro país en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Esta oferta gastronómico-cultural tan especial no ha pasado desapercibida para los expertos de 'National Geographic', que ha incluido a La Alberca en su lista de los 100 destinos rurales más bellos de nuestro país. Aunque Aracena también forma parte de dicho listado, el pueblo salmantino se desmarca del onubense con la tradición del marrano de San Antón.
Esta consiste en que el día 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, se suelta un cerdo por las calles del pueblo, después de haber sido bendecido y de que se le coloque una campana en el cuello. De este modo, permanece suelto por el pueblo hasta el día 17 de enero, San Antón, día en el que se sortea.
Sí, has leído bien, el cerdo vaga libremente por el pueblo y los encargados de alimentarlo son los propios vecinos, que en muchas ocasiones también lo cobijan en alguna cuadra por la noche. Antiguamente, dicho cerdo se entregaba a la familia más desfavorecida o pobre pero ahora el azar decide, papeleta mediante.
Con esta curiosa tradición, no es difícil imaginar que en su gastronomía tienen un lugar destacado los embutidos: jamón de cerdo Ibérico, chorizo, salchichón, lomo, cabeza de lomo... todos curados al aire de la Sierra de Francia. No obstante, no es necesario hacer una matanza para probarlos. Bajo los soportales de la Plaza Mayor se encuentran los mejores restaurantes para degustarlos.
Así mismo, son muy apreciados los hornazos, un tipo de empanada a base de embutidos, y el limón serrano, hecho con limón; naranja; huevo duro y chorizo. En el plano dulce, el turrón se vende durante todo el año en el pueblo.
Recorriendo las calles y plazas de La Alberca, uno no tarda en darse cuenta de que lo caracteriza una arquitectura popular levantada a base de piedras y entramados geométricos de madera. Se ha dicho de su estructura urbana que es la de una Judería, por lo intrincado, laberíntico y secreto de sus calles. Aunque también hay quienes lo comparan con los Arrabales de Damasco. y es que este pueblo es justamente eso: la unión, a lo largo de los siglos, de las culturas cristiana, islámica y judaica
Foto de portada | Lorenmart
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