No nos malinterpretéis, nos encantan las mujeres fuertes, lo que nos gusta menos es la limitación que esa descripción supone en el cine y la televisión. Y es que, tal y cómo ha dicho Emily Blunt en su entrevista con The Telegraph, cuando un personaje femenino se describe como "fuerte", suele implicar que esa mujer se representa como "impasible ante la desgracia" en palabras de Blunt y "actuando y diciendo cosas de manera dura".
A la actriz británica, esos papeles, le parecen aburridos de interpretar. Y, a nosotras, además de algo aburridos, nos parecen muy poco realistas. Y un poco injustos. Injustos porque parece que, para que una mujer pueda ser protagonista, tiene que cumplir ese perfil sí o sí. Y muy poco realistas porque las mujeres reales son fuertes, sí, pero también son muchas otras cosas, todas ellas igual de interesantes.
Las mujeres que nos rodean a nosotras, y estamos seguras de que también las que os rodean a vosotras, tienen infinidad de capas. Son valientes y miedosas, vulnerables en su fortaleza, empáticas, frías y también cálidas dependiendo de la circustancia, decididas, claras y misteriosas.
Son también la racionalidad personificada y la irracionalidad más absoluta en algunos momentos. Son, también, "sumamente volátil, inocente y esperanzada" como describe Blunt a su personaje en The English: "es inocente, sin ser ingenua y es esa, precisamente, su fortaleza" explica la actriz.
Y tiene razón. La fortaleza y la magia de los personajes femeninos, igual que la de las mujeres reales, está en sus matices y en su complejidad. Por eso, estamos deseando que el cine abra hueco para protagonistas femeninas más complejas, más llenas de matices, más reales.
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