Cacas blandas y perdida de peso alarmante: mi perro tiene una insuficiencia pancreática exocrina pero así la manenemos a raya

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La incapacidad del páncreas para segregar la cantidad adecuada de enzimas necesarias para hacer una digestión normal es básicamente lo que ocurre en el interior de nuestras mascotass cuando sufren de una insuficiencia pancreática exocrina (o IPEX por sus siglas). Una enfermedad que, desde fuera, se manifiesta principalmente en una diarrea constante, que pasa de ser algo excepcional a convertirse en el pan de cada día. Además de en una pérdida de peso muy pronunciada, imparable y, aparentemente inexplicable, de nuestros peludos. Esta es mi experiencia.

Bajo peso, diarrea crónica y hambre voraz

Los perros de agua machos suelen pesar entre 18 y 22 kilos, sin embargo, cuando adopté a Mordisco estaba en menos de catorce kilos. Que, además, en tres meses se quedaron en solo diez. Era todo pelo y huesos y, de hecho, podías sentir estos perfectamente bajo la piel al acariciarlo. A pesar, incluso, de su frondoso manto.

Mordisco llegó a mi vida sin estar medicado ni diagnosticado para una enfermedad que sus antiguos dueños obviaron (u ocultaron para poder darlo en adopción sin complicaciones). Sin embargo, no era el bajo peso el único síntoma de que algo no iba bien.

Mordisco

Sus heces eran abundantes, blandas y malolientes por norma general y los episodios de diarrea eran semanales. Día sí y día no me levantaba para encontrarme con sus excrementos en el pasillo. No es que no supiera que debía esperar a salir a la calle para hacer sus necesidades, es que no había podido aguantarse. Todos hemos estado malos de la tripa alguna vez y sabemos que, en esos momentos, lo que quiera salir, saldrá, haya váter de por medio o no.

Completaban el cuadro un hambre voraz e insaciable que lo llevaba constantemente a robar comida (incluso si era de la basura o había un plástico de por medio) y que hacía de los paseos una auténtica pesadilla. Siempre tirando y siguiendo el rastro del olor de algo que no debía de comer. Incluída en esa lista la madera y los excrementos de otros animales. Por lo demás, hacía la vida de un perro normal, aunque era sensible al frío debido a su falta de grasa corporal.

Mordisco

Todo esto es lo que, en términos científicos, los profesionales de Urano Vet describen como: "deposición frecuente (3-8 veces al día) de heces blandas, en ocasiones diarreicas, voluminosas y malolientes, con esteatorrea y amilorrea, asociada a menudo con coprofagia. Los animales afectados suelen estar activos y presentan una marcada pérdida de peso a pesar de tener un apetito voraz (polifagia)".

El diagnóstico

A pesar de tener un cuadro de IPEX de manual, el diagnóstico tardó varios meses en llegar, en los que la situción no hizo más que empeorar. Sin embargo, al ser un perro del que ni la veterinaria ni yo conocíamos su historia, ibamos a ciegas. Podía ser que estuviera en un proceso de adaptación a los cambios, que presentara alguna alergia o intolerancia, que tuviera alguna enfermedad más grave que una insuficiencia pancreática exocrina...

Así, a golpe de ensayo y error, probamos desde cambiarlo a un pienso hipoalergénico hasta simplemente esperar a ver cómo evolucionaba con cuidados y atención. Finalmente, una anlítica y una ecografía confirmaron el cuadro clínico. Mordisco tenía una IPEX, una enfermedad crónica para la que tiene que tomar con las comidas de por vida un suplemento (nada barato, por cierto).

Mordisco

Rápida mejoría

Aunque después de cuatro meses de limpiar diarrea y de visitas de urgencia al veterinario, parecía que la situación no iba a mejorar nunca, una vez empezó a tomar Lypex, la caca blanda volvió a ser algo excepcional en la vida de ambos.

Se trata de un suplemento dietético que viene a suplir el déficit en las enzimas pancreáticas en el organismo del perro el provocada por la destrucción progresiva de células acinares pancreáticas.

Importante es tener en cuenta que no se administran tal cual vienen en el blister sino que se espolvorea el contenido encima de la comida en cada ingesta. Repartiendo a lo largo de cada día el contenido de entre una y dos cápsulas, dependiento del peso del animal. Aunque todo esto es algo que siempre debe prescribir y pautar un veterinario.

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Esta medicación, que se puede encontrar en su precio más barato en internet por 56 euros pero que puede llegar a alcanzar los 80 euros, hizo que Mordisco comenzara a digerir la comida que consumía y a absorver los nutrientes. Así que empezó a engordar por días hasta recuperar un peso sano en tres o cuatro meses.

Además, lo alimento con un pienso bajo en graso y fibra, puesto que se ha demostrado que una dieta baja en ambas puede ser beneficiosa en perros con esta condición. De vez en cuando, todavía sigue teniendo días de mala caca a causa de algo que se ha comido por la calle. Y es que se trata de perros de estómago delicado y es importante no sacarlos de su alimentación controlada, pero la mayoría de los días sus heces son manejables. Porque sí, si a tu perro le diagnostican una IPEX, saldrás de la experiencia con un máster en caca.

Fotos | @miayuste

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