Anabel Palomares
EditorConfieso ante todo internet que el terror me da tanto miedo, que huyo de ver ciertas películas. No soporto los sustos, la anticipación me agobia y no le veo el punto a eso de pasarlo mal, la verdad. Pero de vez en cuando caigo y me decido a ver alguna película del género, siempre que se prometa que los sustos están controlados. Eso fue lo que hice con esta película, y a pesar de que el terror sigue siendo un género que no es para mí, esta película se la recomiendo a todo el mundo. Es perfecta hasta para quien detesta el género.
Hablo de la fantástica ‘Midsommar’ protagonizada por Florence Pugh que está disponible en Prime Video. Con ella este año la spooky season no necesite recurrir a la oscuridad porque en el más brillante de los días también puedes pasar un miedo aterrador.
‘Midsommar’, el terror no espera a la noche
La historia nos lleva a una aldea remota de Suecia a la que llega una pareja estadounidense que no está pasando por su mejor momento. Van junto con unos amigos al Midsommar que se celebra cada 90 años, un festival de nueve días por el solsticio de verano. Lo que comienza como unas vacaciones de ensueño termina, poco a poco, por convertirse en la peor pesadilla y esta vez, a plena luz del día.
Con el terror ocurre como con la comedia, son dos géneros muy prolíficos pero tremendamente complicados de ejecutar. Hacer bien una película de terror es todo un desafío, y el único camino posible es que los recursos habituales del género rompan la anticipación del espectador. Cuando no lo esperamos, es cuando nos quedamos con la respiración contenida y horrorizados. Lo impredecible nos aterra, y ‘Midsommar’ es justo eso: impredecible.
Dirigida por Ari Aster, el hombre tras la famosísima 'Hereditary', la película ‘Midsommar’ huye de esa oscuridad que parece perseguir el terror más clásico. En este caso todo es a la luz del día, y Aster usa el eterno sol nórdico para producir un terror auténtico y maravilloso. Rituales y tradiciones ancestrales cada vez más siniestros en un in crescendo pausado, delirante y perturbador que ha convertido esta película en un clásico ya de folk horror.
Es más que una película de miedo, es un drama introspectivo de terror con una esencia desmadrada que toma referentes como 'El hombre de mimbre' o 'La matanza de Texas' para hacerse más grande, más profunda y más impactante. Aster utiliza la película como una metáfora de las relaciones de pareja y transforma un cuento de hadas en una auténtica pesadilla de la que es imposible escapar y que encuentra en Florence Pugh a la protagonista perfecta. Y es que la actriz ha confesado que en este papel dió demasiado “y he estado rota mucho tiempo después. Sentí que había abusado de mí misma en los lugares donde me llevé". Aunque ahora se arrepienta, su generosidad hizo de esta película una auténtica maravilla.
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