Aún recuerdo la primera vez que vi a JLo. Fue con su primer álbum, On The 6, y con una mítica canción, Waiting for Tonight. En el videoclip ella bailaba, sensual y lentamente al principio, entre helechos y en un selva tropical. Ella tenía 30 años y yo 13. Me fascinó.
Veinte años después, la cantante y actriz estadounidense de origen puertorriqueño lo ha vuelto a hacer, esta vez en el cine e interpretando el que sin duda es el papel más importante de su vida.
Estafadoras de Wall Street es mucho más que JLo y Cardi B bailando en una barra de pole dance. Es una historia real en la que puedes ver cómo Jennifer pisa fuerte y mira a los ojos de los Premios de Cine más importantes: los Oscar.
Nadie podría hacer el papel de Ramona como ella
Ramona es una madre soltera que se dedica al negocio de los bailes eróticos. Es stripper. Junto a Destiny, personaje interpretado por Constance Wu, son las protagonistas de Estafadoras de Wall Street (Hustlers en inglés).
La historia de la película no es otra que la que aparecía en un artículo de la periodista Jessica Pressler publicado en la revista New York Magazine en 2015. Un caso real en el que no solo se narra una estafa millonaria, sino la crisis del capitalismo que comenzó en el año 2008.
Jennifer López encuentra en Ramona la perfecta horma para su zapato, y consigue sacarle el máximo partido a un personaje real al que humaniza tan bien como lo hace su compañera Constance Wu. Ambas están radiantes y tan reales que parece que los personajes fueron diseñados por y para ellas.
JLo o cómo ser escandalosamente sensual
Pocas mujeres caminan como lo hace Jennifer Lopez. Es una auténtica diva (ya demostró que en pasarela también lo es), y no necesita ni siquiera quitarse la ropa para ser tremendamente sensual.
Las escenas con ella caminando a cámara lenta son una demostración de poder, pero la actriz consigue ser sexy en toda la película, sin necesidad de quitarse la ropa.
Cincuenta años no son nada si te llamas Jennifer Lopez
No puedes evitar pensar en cuál es el secreto de la estrella de Hollywood para mantenerse eternamente joven, como si un pacto con el diablo (y con el deporte y la vida sana) fuera la solución para la eterna juventud.
Se la ve cómoda en cada mirada, en cada gesto, en cada plano. Es ella en estado puro, sacando lo mejor de sus aptitudes para la actuación, y alejándose (por fin) de un papel mediocre para abrazar un papel con más profundidad y muchos más matices.
La barra de pole dance es una extensión de su cuerpo
No es solo que la actriz entrenara cuatro horas diarias para su papel en la película, es que parece que el pole dance está hecho para ella. Las escenas en la barra son el resultado de su trabajo de preparación, y te aseguro que es espectacular.
Consigue que la barra de pole dance sea una extensión de su cuerpo, y deja patente lo duro que es el que ahora es considerado deporte (uno que tiene tantos beneficios que ni te lo imaginas). Y lo hace casi sin pestañear, como si llevara toda la vida haciéndolo.
No, Estafadoras de Wall Street no solo es una película de striptease
Ambas actrices, Constance Wu y Jennifer Lopez, aportan ese punto de dramatismo a una historia que va mucho más allá del relato de unas “pobres strippers”. Ellas humanizan y ofrecen una mirada inédita a esta profesión, y se alejan de los estereotipos que se pueden ver en películas como Striptease o Showgirls.
Es mucho más. Es una crítica a la economía estadounidense, al poder que los peces gordos tienen en Wall Street. Es una visión diferente de una profesión denostada. Y para Jennifer Lopez es el papel de su vida, con el que consigue llenar la pantalla como la diva que ya sabíamos que era.
Fotos | Hustlers
