Después de una semana de semis, polémicas y un millón de vídeos promocionales de Melody (que siempre serán pocos), llegamos por fin a la final de Eurovisión 2025. Y llegamos a la final con polémica incluida: ayer conocíamos que a Israel no le había hecho nada de gracia que Julia Varela y Tony Aguilar recordaran a las más de 50.000 víctimas de los ataques israelíes en Gaza durante la presentación del país en su semifinal, y en consecuencia denunciaron a RTVE. Esta misma tarde hemos sabido que, en el caso de que esto se repita en la final, la EBU multará a RTVE.
¿Cuál ha sido la respuesta de RTVE ante esta amenaza? Pues una que, creo, no esperábamos ninguno. Antes de comenzar la emisión de la final han colgado una cartela en la que se podía leer, en español y en inglés, el siguiente texto: "Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina". Periodistas valientes y poderosos, si me preguntan.
Teniendo en cuenta que España forma parte del Big Five, los cinco países junto con Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, que más contribuyen económicamente al festival y que, desde 1996, tienen pase directo a la final, no sé muy bien cuáles pueden ser las consecuencias de haber desafiado a la EBU. Probablemente no les interese dejarnos fuera en próximas ediciones, ni económicamente ni a nivel de audiencia. Una multa a RTVE no se me antoja tampoco una buena opción: le pondrían precio al hecho de hacer declaraciones políticas en el festival.
Sea como fuere, eso lo sabremos en los próximos días, pero sin duda esta declaración de intenciones ha marcado la que ha sido, por ahora y para España, la edición más política de Eurovisión en los últimos años.
Vuelve la música electrónica, pero no recuperamos el espíritu de Eurovisión

Y yo tan contenta con la vuelta de la música electrónica, la verdad. Si en el pasado estuve muy metida en círculos de música trance y EDM, ahora mismo la música que más suena en mis listas de Spotify es el dance de los años 90 y 2000s; para mí, la edad de oro de la música reciente. Ver que estos sonidos vuelven a hacerse un hueco en un festival tan abierto a todo tipo de público como es Eurovisión es una auténtica fantasía para mis oídos.
Me ha faltado un puntito de mamarracheo, pero puede ser por cómo concibo yo Eurovisión. Mis años favoritos fueron los de Verka Serduchka, los de Lordi, el pavo Dustin, Conchita Wurst... Personalmente, para mí Eurovisión nunca ha sido un festival serio per sé: es un momento para reunirme con mis amigos y echarnos unas risas con las actuaciones mientras nos tomamos unos vinos. Creo que la frase más escuchada en esas noches era "qué ridiculez, ¡me encanta!".
Otras actuaciones estelares que seguimos recordando a día de hoy y que salen un poco del mamarracheo puro, pero mantienen esa espíritu como el 'Occidentali's Karma' de Francesco Gabbani, el 'Fuego' de Eleni Foureira, el 'Spirit in the sky' de Keiino o el 'Fairytale' de Alexander Rybak también tienen un sitio guardado en mi corazoncito. Dentro de este segundo grupo entraría seguro la actuación de esta noche de Melody.
La actuación que "se comió" al resto de la gala

¿Es posible que una actuación fuera de concurso sea mejor que cada una de las 26 que venían a convertirse en los ganadores de esta edición de Eurovisión? Absolutamente, y lo hemos podido ver en el tremendo montaje de Baby Lasagna y Käärijä, emulando un videojuego de lucha, una especie de Street Fighter musical. Luces, colores, vestuario, coreografía y voces impecables hacían que no pudieras apartar la vista de la pantalla. Un verdadero tour de force de la delegación Suiza como país anfitrión que creo que costará ver otros años, y que demuestran por qué los suizos son los mejores organizando estos saraos.
Os dejo la actuación completa porque de verdad que merece la pena verla. Y más de una vez.
Dejando a un lado la dificultad de producción de una actuación de estas características, más de esto es lo que me gustaría ver en las próximas ediciones de Eurovisión. El año que viene será en Austria, gracias a la victoria de JJ y su 'Wasted love': un año de margen para que todos los países se pongan las pilas con sus propuestas y nos sorprendan de verdad. ¡Que vuelva el mamarracheo del bueno!
Imágenes | RTVE
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