En Europa podemos presumir de muchas cosas, pero nuestros castillos son la guinda del pastel. Los palacios más hermosos del mundo están en nuestro continente, desde el lujo francés del Palacio de los Reyes de Navarra de Olite hasta el Alcázar de Segovia que inspiró a Walt Disney. Pero hay uno que gana a todos en volumen y fue levantado por un rey español.

El Palacio Real de Caserta es una joya arquitectónica levantada al sur de Italia, por orden de Carlos III de España. El dirigente del Reino de Nápoles y Sicilia sintió envidia de la magnificencia de Versalles y quiso hacerle la competencia en dimensiones y esplendor, levantando este palacio en 1751 como símbolo del poder de la dinastía borbónica.
Tiene el récord Guinness por ser el palacio real con más volumen del mundo, con un millón de metros cúbicos. Ojo, porque tiene truco. Hablamos en términos de volumen. Si habláramos en términos de superficie construida sería el Istana Nurul Iman de Brunéi con 200000 metros cuadrados; y si habláramos de jardines, Versalles y sus 800 hectáreas.
El Reggia di Caserta, un palacio de reyes
Carlos III de España no quería un palacio cualquiera. Quería EL PALACIO en mayúsculas y no escatimó para conseguirlo. Puso al arquitecto Luigi Vanvitelli a cargo de la obra, uno de los máximos exponentes del barroco tardío y de su paso al neoclasicismo.

El artista italiano no defraudó: 47.000 metros cuadrados majestuosos, con más de 1.200 estancias, 34 escaleras, una capilla palatina y un teatro real, inspirado en las formas y adornos del Teatro San Carlo de Nápoles. Todo ello enmarcado en un entorno inigualable, repleto de jardines franceses, estanques, fuentes y una entrada con perspectiva axial de tres kilómetros, que guían la mirada hasta la Gran Cascada.

Era bellísimo, pero el rey Carlos III no pudo disfrutarlo. Tuvo que regresar a España para reinar y dejó el palacio recién construido y sin haberlo aprovechado. Hoy en día es Patrimonio de la Humanidad y, aunque los turistas prefieran Versalles, los amantes de la historia acuden a visitarlo y maravillarse con su esplendor.

Está en Caserta, al norte de Nápoles, y la entrada cuesta 18 euros. Con ella podrás recorrer los jardines y el palacio, en una visita que dura casi cuatro horas. Además, si cuentas con menos tiempo, puedes ver los jardines por 9 euros o los aposentos reales por 12 euros. Si vas después de las 17 horas, podrás verlos por 5 euros. Ojalá tengas las cuatro horas y puedas verlo todo, porque merece la pena.
Fotos | @reggiadicaserta.
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