Vivir en Galicia es uno de los grandes privilegios de mi vida y, aunque, después de recorrerla casi entera, tengo clarísimo cuál es mi pueblo favorito, la realidad es que hay muchísimo más rincones mágicos que, por suerte o por desgracia, casi nadie conoce. Este es el caso de Valdoviño, un pueblo costero, en la comarca de Ferrol que es una de las mayores maravillas que he visitado.
Se trata de un pueblo que recorre la franja costera desde Playa de Campelo hasta Cedeira. Poblada, por primera vez, en el cuarto milenio antes de Cristo, fue asentamiento de una civilización castreña, aparentemente, de la tribu de los Ártabros. Hoy en día, es una escapada imprescindible para los amantes de la costa, la tranquilidad y el surf.
Evidentemente, uno de sus principales encantos son los 25 kilómetros de costa, llenos de calas, playas vírgenes e impresionantes acantilados. La enamorada del mar que hay en mí llora de emoción solo de pensarlo. Cinco de estas playas cuentan con la bandera azul que señala no solo a las playas de calidad, sino a aquellas que también son respetuosas con el medio ambiente.
La más emblemática de todas es la playa de A Frouxeira en la que, como curiosidad, en los años 40 contó con carteles que indicaban y separaban la zonas de baño de hombres y mujeres. Tres kilómetros de playa que llevan hasta un precioso faro que, además, se combinan con la impresionante laguna que tiene el mismo nombre.
Las otras playas con bandera azul son Meirás - en mar abierto-, Pantín - sobre la que canta Andrés Suárez en numerosas ocasiones y cuna de un conocido campeonato de surf- O Baleo y Vilarrube. Pero no son las únicas que merece la pena visitar. Campelo, con sus impresionantes acantilados, O Rego, una maravilla nada masificada o la increíble cala de la playa de los curas.
Pero no solo de playas vive el hombre y Valdoviño tampoco. La arquitectura religiosa ha dejado su huella por las calles del pueblo gallego. La impresionantemente bien situada Capela do Porto, la Capela da Fame que parece sencillísima, pero tiene un increíble retablo en el interior, más de 30 castros, sepulcros y yacimientos, Porto do Cabo o el Pazo da Riba.
Personalmente, uno de mis sitios favoritos es mirador de Paraño. Desde allí se pueden ver la playa y la laguna de A Frouxeira. Si vais de bocadillos y buscáis un sitio en el que parar, es este, sin duda, ya que cuenta con mesas y bancos para sentarse mientras alucinas con las vistas.
Si buscas comer de restaurante, Valdoviño, como toda Galicia, ofrece opciones deliciosas. Mama Piana es el restaurante mejor valorado en Tripadvisor, especializado en carnes, pescados y marisco. Platos clásicos, pero con muchísimo sabor, acompañado de una gran servicio.
En cualquier caso, paréis donde paréis, es casi asegurado que la comida va a ser buena, con sabor a mar y a muchísima vida.
Fotos | Wikimedia Commons 1, 2, 3 y 4, Julio Robles en Flickr
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