Trabajo como editora de moda y esta es la realidad que no te cuentan en 'El diablo se viste de Prada'

¿Qué hay de verdad y qué de ficción en ser periodista de moda?

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Noemí Valle

Editor

Ser editora de moda a lo Anne Hathaway en 'El diablo se viste de Prada', prometía darme algunas pistas de lo que iba a ser escribir para una revista en clave fashion. Muchas de las niñas que crecimos con este icónico film soñamos muy fuerte poder dedicarnos a ello. Entenderme, pintaba cinematográfico, muy de main character, y oye, si existía un trabajo que me permitía aunar mi pasión por la moda y la escritura, yo tenía que intentarlo, pelearlo al menos. Pues aquí me tenéis escribiendo.

En zapatillas y chándal: los tacones los dejamos para las romcoms

Mirad chicas, antes de adentraros en este trabajo tenían que darle una vuelta a la frase que abre muchos de nuestros films favoritos de Hollywood y avisarnos con letras grandes: "cualquier parecido con el cine es pura coincidencia". Una no teclea enfundada en un traje dos piezas de Chanel, ni corre por las calles de la capital en stilettos con un café en mano para llegar a tiempo a los cierres editoriales. Todo tiene menos glamour, que no menos magia, y a menudo redactamos minuciosamente sobre tendencias, pero desde la mesita de nuestro cuarto, con un chándal y una taza que reza: "fashion is my cardio." Más cómoda sí, que no menos peliculera.

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Menos elitismo y más escucha

Las pasarelas son nuestra biblia, no le quito la razón a nuestra querida jefa de la ficticia revista 'Runway', Meryl Streep, pero lo que sucede a pie de calle tiene un protagonismo igual de importante. No todo son firmas de lujo, colecciones cápsula, lanzamientos exclusivos; el feminismo, la diversidad corporal o las historias desde la disidencia han ido ganando peso porque la moda es una conversación constante que bebe del momento social que la atraviesa y eso es algo que no puede ignorarse. Hay espacio para el debate y las opiniones de toda la redacción, estamos en una reunión continua, y es que si de algo va este trabajo es de saber escuchar.

Más de Carrie Bradshaw que de Andrea Sachs

El teletrabajo quizás sea la razón principal por lo que una ve más similitud en el día a día de Carrie que el de nuestra querida becaria Andrea. Aquí no hay ningún estilista a la vista dispuesto a prepararme un el look de oficina con un trench de Valentino como protagonista, pero sí existe un constante run-run sobre posibles temas que transformar en artículos, basados a veces en vivencias propias. Hay giros y giros en busca del titular perfecto y no nos da para invertir en unos Manolo Blahnik, claro que no, pero si para decirte cómo expertas dónde conseguir unos tacones similares a un precio low cost. A problemas, soluciones.

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Compañerismo y empatía por encima de las jefas tiránicas

La autora del libro que luego dio vida a 'El diablo se viste de Prada' se habría inspirado en sus propias vivencias en la revista Vogue, donde trabajó al servicio de su directora, Anna Wintour para crear el personaje de jefa tiránica. Yo, por suerte, jamás he coincidido con esta figura. El estrés existe, los deadlines son el pan de cada día, pero esto no va de poner en pausa tu vida personal para cumplir unos estándares imposibles impuestos por tu jefa y eso es una idea que permea en todas las capas de las redacciones que he pisado. El factor humano siempre es clave, luego ya viene la moda.

Fotos | Imdb

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