Si el otro día os mostrábamos los siete dependientes que habitan en las tiendas de nuestro país, hoy le toca a la otra parte: los clientes. Y es que hay mucha variedad y mucha fauna que los encargados de una tienda tienen que sorportar: maleducados, respondones, curiosos o sencillamente aburridos. He aquí los 9 clientes que podrían hacer la vida imposible al mejor dependiente de moda.
Vengo, desordeno y me voy
En la Tierra habitan clientes que su único pasatiempo es entrar en una tienda, desordenar un poco e irse. O eso o no me explico como hay personas que tras ver una pila enorme de jerséis bien colocados intenta coger el último haciendo que la torre se desmonte y no quede nada en su sitio.
El que lleva un cuestionario
¿Tenéis este tipo de chquetas? ¿La tendrías en color caqui? ¿Y en una talla M? ¿Sabes si va a llegar con la manga más larga? ¿Existe en una tela más ligera? ¡Qué lástima! No tenéis lo que quiero, adiós.
Hay clientela que lleva un cuestionario debajo dle brazo y que, después de noquear al dependiente con una larga lista de preguntas (algunas de ellas dignas de entrar en el Trivial para lograr un quesito) se van como por arte de magia. ¿Ha sido real o tan sólo una visión...?
El indeciso
Hay gente indecisa en la vida. Gente que no tiene claro qué quiere y los remordimientos de consciencia le atromentan cada vez que va de compras. ¿Eso cómo se traduce? En mogollón de dudas que terminan de la misma manera: sin pasar por caja y dejando la prenda en un perchero totalmente distinto de camino a la puerta.
El maleducado
Todos tenemos un mal día, eso es cierto. Pero no debemos pagarlo con el primer inocente que se cruce por nuestro camino, más cuando éste está haciendo su trabajo. Es por ello que hay clientes ladradores que al final no muerden... Aunque lo parezca. Las malas contestaciones, por desgracia, muchas veces están a la orden del día.
El que no deja el teléfono móvil jamás
Recuerdo el cartel que se encontraba en la caja de Joan's on Third: tendremos el gusto de atenderle cuando deje el teléfono móvil a un lado. Me arrancó una sonrisa de cuajo: a veces hay personas que viven pegadas a un móvil y éstos se encuentran en manos u orejas. Para ser atendido como es debido primero has de atender tú con calidad.
El que viene a suspirar (y babear)
Reconozco que lo he hecho: entrar en una tienda a sabiendas que me iré con las manos más que vacías. Pero a veces admirar ese Céline con tus propias manos ya merece la pena. Pero no hace falta marear ni hacer sacar modelos y modelos de bolsos para babear encima de ellos (creo que para eso tienen las fundas guardapolvo).
El desordenado
Hay personas que son un desastre en lo que a orden se refiere. Y lo que haga cada uno de puertas para dentro de casa está bien (viva la República independiente), pero cuando ese desorden afecta a los demás ya no es bien. Hay clientes que dejan el probador abarrotado, con las prendas del revés, las perchas en el suelo y las camisetas hechas una bola. Así no.
El que viene a pasar el rato
¿Qué quieres hacer? ¿Vamos a dar una vuelta y a entrar en tiendas? Sí, lo reconozco, es mi pasatiempos favorito: pasear con amigas y charlar a lo largo y tendido mientras nos dedicamos a entrar a tiendas a ambientar (y poco más). Sé que para eso existen las cafeterías, pero éstas no tienen tanto estilo como una tienda de moda con modelos perfectos para alguna ocasión.
Si las miradas matasen...
Este cliente podría ir relacionado con el maleducado (o el que tiene un mal día). Hay miradas matadoras que si realmente tuvieran efectos secundarios muchos estaríamos dañados... Por suerte podemos salir ilesas.
¿Te reconoces en alguno de estos 9 clientes?
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