Sara Hormigo
EditoraCada vez son más las personas que descubren que nunca es tarde para empezar a hacer actividad física, sobre todo a partir de los 50 años. Las cosas han cambiado y mucho. Lo que nuestras abuelas entendían como ejercicio físico era mantenerse activas haciendo las tareas del hogar o yendo a trabajar al campo, pero hoy en día el ejercicio es entendido como un hábito de vida fundamental para la salud.
El entrenador personal Juan Antonio Martín tiene mucho que decir al respecto y puntualiza que a los 50 no solo hay que ponerse a entrenar por una cuestión física, sino que la razón que más pesa es la salud vista de una forma integral. "A esta edad no necesita hacer ejercicio solo para cambiar tu cuerpo, debes hacerlo para cuidarlo, sostener, honrarlo", dice en esta entrevista.
Por qué es importante que entrenes a los 50, aunque no lo hayas hecho nunca
Para poder contestar a esta cuestión es necesario entender qué es la sarcopenia o, lo que es lo mismo, la pérdida progresiva de masa muscular asociada al envejecimiento. La sarcopenia comienza a producirse entre los 40 y los 50 años y se estima que a partir de estas edades se puede llegar a perder hasta un 50% de músculo hasta llegar a la década de los 80 años.
Gracias a la evidencia científica así como a toda la información de la que disponemos hoy en día sobre la importancia de la actividad física en personas mayores nos hace ser más conscientes de ello. "Muchas mujeres a esta edad mejoran más rápido que en décadas anteriores porque ahora entrenan con más conciencia, sin prisas, ni modas. Con conciencia”, reitera el entrenador.
Podríamos decir que todo ello ha generado que nuestra cabeza haya hecho “clic” y estamos consiguiendo eliminar y sustituir esa sensación de obligación que nos invade a la hora de ir al gimnasio por una forma de cuidar de nosotras mismas para estar más fuertes, flexibles y llenas de energía.
No podemos olvidar que, además, también alrededor de los 50 las mujeres pasamos por la etapa de la menopausia, que viene acompañada de muchos cambios tanto hormonales como físicos, entre ellos la pérdida de densidad de los huesos, conocida también como osteoporosis. Una razón más para que el ejercicio de fuerza pase a formar parte de nuestro día a día.
Resumiendo, la ciencia lo ha confirmado y el ejercicio practicado de forma regular es esencial para nuestra salud por estos y otros muchos motivos: desde ayudarnos a fortalecer el corazón o reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes o la obesidad a mantener y crear más masa muscular, proporcionar una mayor densidad ósea, mejorar la postura, estabilidad y prevenir lesiones y caídas, lo que repercute directamente en facilitarnos y mucho las tareas más cotidianas como subir y bajar escaleras o cargar con las bolsas de la compra.
Pero además, el cerebro también se beneficia porque entre otros beneficios el ejercicio ayuda a reducir la ansiedad y el estrés, y también mejorar el rendimiento cognitivo. "Te verás mejor, más ágil, duermes mejor y tienes más energía", añade el experto. Moverse después de los 50 es la mejor inversión en bienestar y calidad de vida que puedes hacer por ti misma.
Fotografías | Freepik @ntrenaonline
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