En un mundo en el que las prisas y el estrés siempre están presentes, el té sigue siendo un pequeño ritual que invita a detenerse. No solo se trata de una bebida caliente sino también de una costumbre milenaria que invita al autocuidado y a reconectar con el presente.
Más allá de todos los sabores y tipos que podemos encontrar, el té está asociado a bienestar por ser rico en antioxidantes y estar tradicionalmente vinculado a los beneficios para la digestión, el corazón y la claridad mental. Pues bien, recientes estudios han mostrado que también podría estar relacionado con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, según una revisión realizada por expertos del National Institutes of Health.
Mucho más que una infusión
Uno de los principales compuestos del té son los polifenoles, como las catequinas, las teaflavinas y las tearubiginas, que tienen una actividad antioxidante y antiinflamatoria.
Y es que cuando te tomas esa taza de té tan calentita después de comer, ¿a que no te imaginabas todo lo bueno que tiene detrás? Las catequinas son especialmente abundantes en el té verde y el té blanco. Entre ellas destaca la epigalocatequina galato (EGCG), uno de los antioxidantes más estudiados cuya función principal es la de ayudar a neutralizar los radicales libres que, en exceso, pueden contribuir al envejecimiento celular y a procesos inflamatorios. Gracias a este efecto, las catequinas se asocian con la protección de las células y el mantenimiento del equilibrio interno del organismo.
Por otro lado, si eres fan de los tés más oscuros, o lo que es lo mismo más oxidados como el té negro, entonces estás consumiendo más teaflavinas tearubiginas. Estos compuestos son los responsables de que tenga ese color oscuro y que su sabor sea más intenso y aunque químicamente son distintos, conservan una importante capacidad antioxidante y antiinflamatoria.
Volviendo al estudio, este observó que todos estos beneficios que hemos ido citando son solo posibles según el tipo de té y la cantidad del mismo que se consuma, a lo que siempre hay que añadir el estilo de vida de las personas.
Algunos de los beneficios de tomar té a diario
Los autores de la investigación vincularon concretamente el té verde a la reducción de riesgo de enfermedades cardiovasculares, a la mejora de la función endotelial y el descenso de la presión arterial.
Pero a estos beneficios también hay que sumar su intervención en la regulación de la glucosa, la prevención del deterioro cognitivo y la protección contra algunos cánceres.
Respecto a esta última evidencia relacionada con el cáncer, estaríamos hablando de la capacidad que podrían tener los polifenoles de neutralizar los radicales libres y, por tanto, que estos pudieran modular el desarrollo tumoral. Pero para poder lanzar tales afirmaciones todavía se necesitan más estudios al respecto, aunque las investigaciones en este campo parecen bastante prometedoras.
Por último el consumo de té también se ha vinculado a la longevidad, y es que existen estudios poblacionales que muestran que si tomamos té a diario podríamos tener una mayor esperanza de vida y una menor aparición de enfermedades crónicas. Eso sí, como decíamos, los expertos siempre señalan que esto debe ser acompañado de unos buenos hábitos como una dieta saludable o practicar ejercicio asiduamente.
Fotografías | Freepik
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