Dan Buettner, experto en longevidad: "El año en que nos jubilamos es el más peligroso, hay un notable aumento en la mortalidad"

El fundador de las zonas azules ha lanzado una advertencia sobre la importancia de dar sentido a la vida tras la jubilación para evitar problemas de salud 

Dan Buettner
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Nacho Viñau

Editor


Seguro que esta historia te resulta familiar. Llevas media vida trabajando, soñando con ese momento dorado en el que por fin tendrás tiempo para ti: para viajar, para dedicarte a ese hobby que siempre quedó aparcado o, simplemente, para vivir sin prisas. La jubilación se nos ha presentado desde hace décadas como la gran recompensa tras años de esfuerzo y madrugones. Y de hecho, todos sufrimos con los cambios que se producen a la hora de jubilarse, o con intentar ahorrar para vivir esa época de nuestra vida sin estrecheces económicas.

El problema es que tener tantas horas libres de repete puede ser un problema para algunas personas, que deben enfrentarse al vacío de una vida vacía de horarios, compromisos y preocupaciones. Esa situación puede llevarles al desánimo e incluso afectarles a su salud, tal y como ha explicad el experto en longevidad Dan Buettner en sus redes sociales. 

El año de la jubilación puede ser el más peligroso

Según este periodista y autor de bestsellers que popularizó el concepto de las Zonas Azules, (las regiones del mundo con una alta concentración de personas centenarias y una longevidad excepcional), "El año más peligroso de tu vida adulta, en promedio, es el año en que te jubilas. Hay un notable aumento en la mortalidad ese año". 

En el vídeo, el experto señala que el aumento de la mortalidad durante el primer año de jubilación está estrechamente relacionado con la pérdida de propósito y de sentido vital. Tras décadas dedicadas a una profesión, muchas personas experimentan un vacío al dejar atrás una actividad que ocupaba buena parte de su tiempo y daba estructura a su día a día. "Una de las mejores formas de contrarrestarlo —apunta el experto— es encontrar algo que nos motive y nos mantenga activos después de jubilarnos".

Según el experto, parte de ese deterioro de la salud también puede estar relacionado con la pérdida del entorno social que proporciona el trabajo. Al jubilarse, muchas personas pasan de tener una rutina activa y rodeada de gente a llevar una vida más limitada, con menos interacción diaria y, en muchos casos, sin la necesidad —ni el hábito— de salir de casa o relacionarse con otros.

Además, Buettner advierte que el momento de la jubilación suele marcar un punto de inflexión en la vida activa. Tras años de rutinas establecidas, horarios y responsabilidades, muchas personas reducen de forma drástica su nivel de actividad física y mental al dejar de trabajar. 

Esa disminución del movimiento diario (ya sea caminar hasta el trabajo, mantener conversaciones constantes o afrontar los problemas que surgen en el día a día) puede repercutir directamente en la salud, acelerando el envejecimiento y afectando al bienestar emocional. Por eso, subraya la importancia de seguir manteniendo una vida activa después de retirarse del mundo laboral, combinándola con otros hábitos saludables como llevar una buena alimentación.

Dan Buettner @danbuettner

La solución, convertir el tiempo libre en una oportunidad para crecer

Por eso, lo mejor es afrontar la jubilación de forma gradual, en lugar de cortar de raíz con la rutina laboral. Ir reduciendo el ritmo poco a poco y llenar parte del día con nuevas actividades —ya sean proyectos personales, voluntariado o aficiones— ayuda a mantener la mente ocupada y a dar estructura a los días. 

  • Para empezar, deberías visualizar el momento de la jubilación como un cambio de proyecto, no como el fin de algo. Necesitas tener un propósito claro. Para algunos, eso es el voluntariado. Para otros, es la familia, los viajes, aprender algo nuevo, iniciar un proyecto personal que siempre dejaste aparcado. Lo importante es que sea algo que te motive, algo que te dé una razón para levantarte cada mañana.
  • En segundo lugar, es conveniente ordenar el día y tener unos horarios. Aunque ya no vayas a trabajar, no tengas un trabajo, necesitas rutinas. Levántate a una hora razonable (por supuesto, no hace falta que te levantes a las 5 de la mañana como cuando ibas a trabajar), planifica tu día, busca actividades que ocupen tu tiempo de forma significativa. La ausencia total de estructura es el caldo de cultivo para la depresión y el deterioro cognitivo.
  • También es importante cultivar tu entorno. El aislamiento es uno de los mayores asesinos silenciosos en la jubilación. Asegúrate de que tienes personas en tu vida con las que interactúas regularmente. Participar en grupos, clubs, actividades comunitarias, pasar tiempo con familia y amigos no es un lujo: es una inversión en la salud y en la longevidad.
  • Cuarto, mantente activo. No solo mentalmente, sino también físicamente. El ejercicio regular no es opcional cuando te jubilas: es esencial. Caminar, nadar, yoga, lo que sea que disfrutes, pero hazlo regularmente.

Así, la transición resulta mucho más llevadera y el tiempo libre se convierte en una oportunidad para crecer, no en un vacío difícil de llenar.

Fotografías | Facebook de Dan Buettner, Freepik

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