Vídeos de gatitos y porno, eso es internet así a grandes rasgos. A (casi) todo el mundo le hacen gracia los vídeos de gatitos, casi a tanta gente como (lo confiese o no) le gusta el porno. Pero, ¿cuánto porno es normal? ¿Es posible ser adicto? ¿Afecta a las relaciones de pareja? Dejemos los gatitos a un lado y hablemos de pornografía.
Pero, ¿cuánto porno vemos en realidad?
No existen estadísticas generales sobre el consumo de pornografía: si el ser humano tiende a mentir en las encuestas imagina cómo es la cosa cuando la pregunta es sobre porno…
Pero tenemos, aunque sea para hacernos una idea, el estudio anual realizado por Porn Hub (uno de los mayores portales de porno del mundo). Veamos algunos datos:
En 2016 España ocupó el 13º puesto en el ranking mundial de visitas a este portal.
El 15% de los visitantes españoles tenía entre 18 y los 24 años, el 33% de sus visitantes españoles estaban entre los 25 y los 34 años y el 24% entre los 33 y los 44 años.
Siguiendo con este estudio, al parecer el móvil gana a otros dispositivos a la hora de consumir porno, con un 48% frente al 40% que lo hace con el ordenador o el 12% con la tablet. En Estados Unidos, por comparar, más del 70% utiliza el móvil para estos menesteres.
La duración media de "las sesiones" en España es de 8 minutos y 9 segundos (5 segundos más que el año pasado al parecer).
En proporción, y hablando siempre de visitantes a esta web, solo el 28% eran mujeres frente al 72% de hombres.
Es importante que tengamos en cuenta, insisto, en que estos datos se basan en las estadísticas de visitas de esta web, no quiere decir que sea el consumo total de porno por parte de hombres y mujeres.
Según Alvin Cooper, psicólogo, el “éxito” del porno online se debe a una triple “A”: es accesible, asequible y anónimo. Y gusta, claro.
¿Cuándo es un problema el consumo de pornografía?
¿Existe una cifra, una cantidad de porno concreta a partir de la cual ya debemos preocuparnos? Pues no. El mundo es muy grande y cada persona tiene para sí el concepto de normalidad en lo que a sexualidad se refiere.
Un momento, que me explico. Con esto sucede lo mismo que con la cantidad de encuentros sexuales que tiene una pareja a la semana: ¿qué es lo normal? Para unos será 3 o 4 veces, para otros 1 y para otros 7… al día. Y si ambos miembros lo disfrutan y están de acuerdo con esa cantidad... ¿cuál es el problema?
¿Dónde está entonces el límite? Pues como casi todo lo relacionado con la conducta humana algo se considera patológico cuando genera un malestar significativo en la persona o interfiere en alguna de las esferas fundamentales de la vida de ésta (trabajo, familia, pareja…).
El malestar en este caso se da cuando tras haber consumido pornografía aparece sentimiento de culpa, vacío, auto-reproches… Además estaríamos ante un problema cuando el usuario solo consigue la excitación mediante el uso de pornografía, o si presenta dificultades para tener relaciones satisfactorias con otra persona "en la vida real".
¿Puede afectar a su relación contigo?
Sí, claro que sí, de hecho afecta, pero quizá no por el consumo en sí (o al menos no en exclusiva) sino que se trata de la confluencia de varios factores.
Un estudio de la Universidad de Misouri encontró que el consumo de pornografía por parte de hombres heterosexuales que convivían con su pareja estaba asociado a una menor calidad sexual tanto en ellos como en sus parejas. Sin embargo este estudio parecía indicar que el consumo por parte de mujeres se asociaba justo a lo contrario, a un mayor disfrute sexual general de la mujer.
De hecho puede afectar no sólo al que lo consume, sino a la pareja: según un estudio de la Universidad de Tennessee las chicas que percibían como problemático el consumo de pornografía por parte de sus parejas presentaban una menor autoestima, percibían su relación como de menor calidad y mostraban una menor satisfacción sexual.
En vista de estos resultados, y salvando los casos de verdaderas adicciones, parece que el efecto negativo radica más de un tema de “normas y dinámicas de pareja” que de conducta individual. Es decir, dependiendo de la pareja y de la percepción (y conductas al respecto) de ambos miembros, se vivirá el tema de un modo más negativo o menos.
¿Tenemos un problema?
Como decía el consumo de porno en sí mismo no supone problema alguno, su impacto en la relación de pareja pasa más por un tema de comunicación que (en general) por un "tema de cantidades".
¿Qué es lo que verdaderamente te molesta de que tu pareja vea porno? ¿Lo habéis hablado? ¿Te hiere su conducta?
Muchas personas vivencian como muy negativo el consumo de pornografía por parte de sus parejas, y esto puede generar un malestar importante. Dejando a un lado los casos verdaderamente "patológicos", podemos encontramos con que ese malestar podría deberse a que:
La persona vive el hecho de que su pareja vea porno como una infidelidad. Pero, ¿de verdad lo es? Lo que nos excita a nivel mental, las fantasías, ¿son dominios que pertenecen en exclusiva a nuestra pareja? Para nada, la mente es libre, y de hecho es bastante habitual tener fantasías en general y con otros en particular. Y es sano, muy sano.
La persona se siente "amenazada". Suelen aparecer pensamientos como "¿Seré suficiente?". El temor a ser dejado o a que la otra persona pida un sexo "distinto" están de fondo en este caso.
La persona tiene unas convicciones o ideales para los que el porno es algo negativo.
Sea el caso que sea la cuestión es que si no lo hablamos en pareja, si no comunicamos por qué nos sentimos mal o por qué nos parece estupendo ver X cantidad de porno a la semana no avanzaremos en el problema. Hablar es la mejor de las políticas, siempre.
Además, el porno no es "el mal": bien usado puede tener grandes ventajas, tanto a nivel individual como de pareja.
La pornografía no es negativa per se… siempre y cuando no la usemos como guía didáctica ni manual para aprender de sexo: el porno es porno, es decir, una elaboración audiovisual, con sus características… iluminación, sonido, etc. Tomarlo como guión o pauta de actuación sería como tener de referente vital al mismísimo James Bond, que sí, que mola, pero tú a tu trabajo vas en metro o en tu Ford, no en un Aston Martin que lanza cohetes secretos. Pues eso.
Fotos: Don Jon; Pixabay.com;
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