Seis aspectos que las películas ensalzaron sobre el sexo y las mujeres odiamos

Pretty Woman
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Me cuesta aceptar que los grandes clásicos del cine no sean tan perfectos como los imaginaba. El séptimo arte ha reproducido a lo largo de los años historias increíbles con, sin embargo, roles de género marcadamente sexistas que más de una vez he pasado por alto sin apenas percatarme (empezando por Disney desde que era pequeña). Según un estudio publicado por la Brigham Young University en Utah, la cultura de las princesas Disney magnifica los estereotipos sexistas en las niñas, pero también en las jóvenes.

Y aunque sostengo la teoría de que aunque una película contenga elementos criticables no la convierte en una mala película, este artículo es una oportunidad para identificar estos aspectos y preguntarnos… ¿Serían bien recibidas si hoy volviesen a las salas?

Alcanzar el orgasmo en tiempo récord

¿Cuántas y cuantísimas películas nos han hecho creer que la mujer puede llegar siempre al orgasmo y en tiempo récord? No, amigos. Bienvenidos al mundo real. ¿Quién no recuerda la mítica escena de Meg Ryan en ‘Cuando Harry encontró a Sally’ fingiendo el clímax en una cafetería ante la atenta (y atónita) mirada de Billy Cristal? Un orgasmo que escuchó el mundo entero y toda una declaración de intenciones... Nada más que añadir.

Cuando Harry encontró a Sally

Llegar a la vez

La sincronización de las parejas en la gran pantalla es perfecta. Nos lo venden como un requisito indispensable en el amor romántico, una señal de que se ha encontrado, al fin, el alma gemela.

También podríamos llamarlo ‘el mito de llegar a la vez’ ya que, casualidades de la vida, siempre terminan el encuentro sexual al mismo tiempo y más que satisfechos. Pues bien, esto no es más que otra fantasía propia del séptimo arte, pero nada más lejos de la realidad: Según Sylvia de Béjar, sexóloga especialista en relaciones de pareja, tan solo el 15% de las parejas lo logran. ¡Gracias Sylvia por teletransportarnos a la vida real!

Para zanjar el tema, un apunte de Kristen Mark, sexóloga británica, educadora y terapeuta: “El sexo se basa en expectativas, y si la tuya es que debes tener un orgasmo simultáneo, vas a estar siempre decepcionada”.

Convertirnos en una buena chica

‘Pretty Woman’, considerada una de las mayores historias de amor de todos los tiempos, tiene tintes sexistas que no convencen en absoluto. ¿Sabías que la actriz Daryl Hannah rechazó el papel de Julia Roberts porque lo consideraba “degradante” para las mujeres?

Si volvemos a verla detenidamente, observamos que incluso cuando ya está enamorado de ella, el multimillonario personaje que encarna Richard Gere sigue viéndola como un objeto al que puede comprar. ¿Y cómo se lleva esto al terreno sexual? Pues exactamente igual.

Pretty Woman

Obviando el cuestionable retrato que se hace en la cinta sobre la prostitución, llama la atención que el personaje de Julia Roberts sólo evoluciona y se presenta con más confianza en sí misma (incluso en la cama) 'gracias' a su cambio de imagen radical.

Sin tener en cuenta que el final, como en muchos de los clásicos de Hollywood, se plantea una vez más como un heroicismo en el que el príncipe azul salva a la princesa de su ‘castillo’ (en este caso de la prostitución). De hecho llega a llamarla ‘Princesa Vivian’.

Grease

Pero más que convertirnos en una buena chica, llama la atención que muchas de las veces las protagonistas terminan adaptándose a lo que se espera de ellas con tal de que él se enamore. También lo vemos en 'Grease', con Sandy transformándose al completo para estar con Danny Zuko.

Sentirnos protegidas

Aunque este aspecto, al igual que el anterior, no es puramente sexual, sí es una práctica que hemos visto constantemente en el cine y que irremediablemente se traslada a la cama. La idea de hacernos sentir protegidas es otro de los mensajes que nos han lanzado una y otra vez a lo largo de los siglos.

Un, dos, tres... Splash

'Un, dos, tres... Splash (1984)', por citar un ejemplo, nos muestra imágenes de control y dureza entre un hombre y una mujer. Sabemos que estaban profundamente enamorados, ¿pero crees que a la larga habría salido bien?

La Princesa Prometida

‘La princesa prometida’ o ‘Leyendas de pasión’ son otros ejemplos que reflejan cómo era la sociedad en aquel entonces... ¿Recuerdas cuando el hermano mayor de Tristan Ludlow (Brad Pitt en 'Leyendas de pasión') descubre que se ha acostado con Sussana Fincannon y le recrimina que debe acostarse con ella para defender su honor?

Las mujeres juegan un papel imprescindible en estos clásicos, de eso no hay duda, pero necesitan a un hombre para estar completas, para mantener la dignidad.

Leyendas de pasión

Que sean ellos los que actúen

Es uno de mis clásicos navideños favoritos, y muchos ya la consideran la ‘rom-com’ de Navidad por excelencia, pero desgraciadamente no es una película que no esté envejeciendo demasiado bien. Sí, me refiero a nuestra querida 'Love Actually'.

Si nos fijamos, en casi todas las historias de amor que nos presenta su director Richard Curtis (¡gracias Richard por regalarnos ‘Notting Hill’!), son ellos los que pasan a la acción mientras que las mujeres simplemente esperan y reaccionan.

Love Actually

Cito esta película por poner un ejemplo de este siglo, pero lo cierto es que si indagamos un poco en clásicos del cine encontramos casos mucho más extremos. "Hasta en las historias de hombres duros de Howard Hawks había más versatilidad femenina", escribió Molly Haskell sobre 'El Padrino' en el New York Times… Nada más que añadir.

El Padrino

Testosterona masculina

Por mucho que determinadas cintas se puedan justificar por la época, hay miles de películas en las que definitivamente no hay un lugar para las mujeres y, si lo hay, son presentadas como un escaparate.

Amamos las cintas de James Bond, pero todos sus personajes encarnados durante décadas en más de veinte películas entran dentro de esta actitud machista. Como consecuencia, la chica Bond queda reducida a roles casi decorativos y juegan papeles predominantemente secundarios... Vistas muchas veces hasta como un premio sexual para el protagonista.

James Bond

Sarah M. Coyne, experta en vida familiar y estereotipos sexistas, publicó su estudio 'Pretty as a princess' (tan guapa como una princesa) que muchas de las niñas en las que se basó para su caso han crecido "aprendiendo estos estereotipos de género femenino que incluyen que no pueden hacer algunas cosas". Según dicha teoría, en la infancia llegamos a registrar sensaciones que afectan directamente a la autoestima; como que no estar seguras de ser tan buenas en matemáticas o ciencia, no ensuciarnos, ser menos propensas a experimentar con cosas... En definitiva, hay un llamamiento a comportarse de una manera femenina estereotipada.

Brave

"Llevé a mi hija a ver 'Brave' y después del cine tuvimos una conversación acerca de lo fuerte, valiente e independiente que era Mérida en la película", explica Coyne. Y ahí reside la clave. En tener conversaciones con las futuras generaciones para explicarles que la 'cultura de la princesa' no es EL modelo a seguir, porque el único modelo que existe es el que nosotras mismas (y las que vendrán) queramos marcar. Seamos como seamos. Fin.

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