Cuatro rutinas que comparten las parejas realmente felices

Cuatro rutinas que comparten las parejas realmente felices

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Cuatro rutinas que comparten las parejas realmente felices

¿De verdad que la rutina es el archienemigo de la pasión? Mi abuelo antes de marcharse a trabajar, como rutina, llevaba el desayuno a su mujer a la cama. Una vez jubilado continuó haciéndolo. A las siete de la mañana apagaba el despertador, se levantaba en pijama, preparaba el tazón de café y cuatro galletas (ni una más ni una menos); y dejaba la bandeja en el regazo de mi abuela. La besaba con un buenos días y se volvía a meter entre las sábanas para observar cómo ella devoraba aquel sencillo bocado.

Una día le pregunté por qué continuaba con aquella "absurda costumbre" cuando se merecía más que nadie quedarse en la cama hasta que le viniera en gana. Su respuesta fue automática: “a ella le hace feliz y a mí me hace feliz verla feliz”. Así de simple.

Mis abuelos estuvieron casados la friolera de setenta años. Al día de hoy, mi abuela (97) confiesa amar a su marido como el primer día; tanto es así que en mi última visita a la residencia, se me partió el corazón cuando me dijo que contaba los días para reunirse con él en el más allá, donde estaba segura de que él la esperaría con un tazón de café calentito, cuatro galletas y una sonrisa orgullosa.

Amor Para Toda La Vida

Creemos que romper con la rutina es una fórmula infalible para mantener la llama encendida del amor. Pero si algo he aprendido de mis abuelos es que nos equivocamos de principio a fin. Son las pequeñas rutinas compartidas con la pareja, aquellas microdosis de felicidad que insuflamos al otro, las claves para una relación sólida. Así de fácil y así de simple, como la respuesta que me dio mi querido abuelo años atrás.

1.Besos con corazón

Cuando empezamos una relación sentimental con alguien, esperamos sus besos con la misma emoción de un niño en el día de los Reyes Magos. Sin embargo, con el paso del tiempo, besarse pierde ese cariz de ilusión y expectación para quedar relegados al sexo (y, a veces, ni eso).

Besame Mucho

Las parejas que se sienten satisfechas en su relación no solo admiten besarse a menudo, también consideran los besos y la calidad de estos un factor determinante para su felicidad que la frecuencia con la que mantienen relaciones sexuales. Un beso de buenos días. Un beso de despedida antes de irnos a trabajar. Un beso antes de preguntar qué tal nos ha ido la jornada. Un beso porque sí, porque quiero besarte, porque hoy tienes el guapo subido, porque tus ojos ya no se posan en mis labios como antes y sólo yo sé cuánto les echo de menos…

En fin, esos besos tontos tienen un valor incalculable.

2.Abrázame fuerte

Ofrecemos un abrazo de consuelo hacia nuestra pareja si detectamos que lo necesita; o uno de bienvenida, cuando regresa de un viaje de trabajo. Pero ¿cuánto hace que no le estrechamos entre nuestros brazos por el mero hecho de sentir su tacto o aspirar el aroma de su piel?

Enamorarse

Entrelazar nuestros cuerpos es mucho más que un gesto de cariño. Es una manera de reforzar el vínculo afectivo, de decirle sin palabras “ey…, que te quiero y estoy aquí contigo”. Además, estudios psicológicos sobre las relaciones de parejas han demostrado que los abrazos mejoran la confianza y comunicación, nos ayudan a relajarnos después de un día estresante y nuestro cerebro responde a ellos con una sobredosis de oxitocina, la deliciosa hormona de la felicidad.

3.Regalarse tiempo

manos entrelazadas

Lo sé. Si ya es difícil encontrar un hueco a lo largo del día para dedicárselo a una misma, encajar nuestros horarios con el de nuestra pareja puede resultar casi imposible. Sin embargo, las parejas felices dedican de buena gana parte de su tiempo al otro: madrugan para desayunar juntos, cruzan media ciudad para recoger a su pareja en el trabajo y poder conversar durante el trayecto de vuelta a casa o tienen por costumbre charlar un rato en la cama antes de darse las buenas noches. La clave para que funcionen dichas rutinas es que la recompensa sea siempre mayor que el sacrificio, no lo olvidemos.

4.Compartir las tareas del hogar

¿Qué puede tener de divertido o romántico limpiar en pareja? Posiblemente nada (os lo dice una que prefiere el destierro en casa de su suegra antes que acercarse a esa cosa que llaman aspirador). El caso es que las encuestas sobre felicidad conyugal afirman que las parejas que comparten las tareas del hogar se muestran más satisfechos con su relación que aquellas que fantaseamos con volver a casa de nuestros padres con tal de no limpiar.

Chico sexy sin camiseta en una barbacoa

En el ranking de quehaceres hogareños, la cocina ocupa el top one entre las parejas. Un 60% de las parejas que cocinan juntos se sienten más felices que aquellas que no comparten dicha afición (encuesta Hello Fresh). Al parecer, charlar de manera distendida mientras uno hace el sofrito y el otro pica la verdura, dar a probar la salsa a tu chico con la cuchara para buscar el punto de sal o compartir una copa de vino mientras se termina de hacer la cena parece tener efecto terapéutico sobre las parejas.

No sé qué opinaréis, pero yo quiero pensar que es más fácil y gratificante tratar de conservar las buenas rutinas con la pareja que luchar constantemente con "no caer en la temida rutina".

pareja de enamorados bailando en la cocina

Fotos: Pixabay y Giphy.com

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