2020 fue sin duda un año que cambió nuestras vidas. La pandemia, que aún sigue apretando en este 2021, nos cambió la forma de relacionarnos con nuestros amigos y familia, limitó nuestro contacto (físico, porque en la distancia hemos sabido mantenernos conectados) y modificó nuestras rutinas.
Ha pasado un año desde que comenzó todo y han salido a la luz los primeros estudios sobre cómo el coronavirus ha cambiado la forma de trabajar, la manera de viajar y vivir el ocio, y también se ha analizado cómo está afectando a nuestras relaciones sexuales.
La pandemia y sus primeros efectos en el sexo: menos cantidad
Quedarnos en casa nos ha dado la oportunidad de hacer cosas que pensábamos que nunca tendríamos tiempo de hacer. Hemos aprendido a hacer pan, a bordar, a pintar y hemos disfrutado de más series y películas que nunca. Pero ¿y con el sexo que ha pasado?
Muchos pasaron la cuarentena en soledad (momento ideal para conocernos más y mejor sexualmente hablando). Otros comenzamos a vivir momentos de ansiedad y estrés por la situación. Al aumentar las horas de convivencia con tu pareja, también se podían vivir más roces y discusiones. Y todo esto no es el mejor caldo de cultivo para el sexo.
La preocupación por la situación, por nuestros familiares y amigos, por el cambio extremo que sufrió nuestra vida y por las cifras de casos se convirtieron en un motivo más para nuestra anafrodisia. Nos quedamos sin ganas de sexo. Según publicó en el New York Times la obstetra y ginecóloga Jen Gunter en un análisis preliminar de la situación, la salud sexual durante la pandemia vivía una ambivalencia. Ponía de manifiesto algo científicamente probado, y es que el estrés y la ansiedad tienen un efecto en la libido por lo que el número de encuentros sexuales se ve reducido.
Según este estudio realizado en España, Italia e Irán, y publicado en la revista Brazilian Journal of Urology en julio de 2020, la vida sexual se vió afectada por la crisis sanitaria vivida. En España un 23% de los encuestados disminuyó su actividad sexual frente a solo un 7% de ellos que afirma que durante la pandemia, ha aumentado la frecuencia de sus encuentros sexuales.
Tecnología y masturbación en la pandemia
Pero la cosa cambió y al ir avanzando la cuarentena se puso de manifiesto que el sexo es y será parte de nuestra vida hasta en las situaciones más adversas. Las empresas de juguetes sexuales aseguran que se vivió un repunte de ventas, y en LELO por ejemplo, la venta online subió un 30% solo en el mes de marzo de 2020.
Evidentemente si estás confinado y tu pareja no lo está contigo, el tipo de encuentros sexuales que podéis tener cambia. De ahí que el cibersexo, el sexting y el uso de juguetes sexuales a distancia se convirtiera en una tendencia en auge en 2020.
La Universitat Jaume I, en Castellón, analizó en este estudio la salud sexual en los meses confinados y han extraído datos sobre el deseo sexual: un 35,9% aumentó su deseo sexual frente a un 34,9%, que afirma que su deseo disminuyó. Y la práctica sexual más extendida en esos meses fue la masturbación. Aprendimos a querernos solos.
Después del confinamiento, la vuelta a la “normalidad” suponía un reto también en la vida sexual. Los expertos aconsejaban tener sexo en espacios abiertos y siempre con la misma persona con el fin de evitar riesgos y a la hora de ligar, a día de hoy hay personas que solo lo hacen con gente ya vacunada, la llamada vacucita, término que se ha puesto de moda durante la pandemia.
La pandemia provoca creatividad también en el sexo
2020 ha sido un año en el que la creatividad del ser humano ha quedado patente. Hemos visto cómo los museos se reinventaban, como las redes sociales eran el lugar ideal para expresar el arte que el coronavirus inspiraba y la ciencia apunta a que en el sexo, también hemos sido muy creativos.
Según el estudio Less Sex, but more Sexual Diversity publicado en la revista científica Leisure Sciences, el 43,5% de los encuestados afirmaron que la calidad de su vida sexual había disminuido. Pero también asegura que para los encuestados el año de la pandemia había sido un año en el que nos hemos puesto “creativos” en la cama: nuevas posturas y prácticas sexuales, por ejemplo, han aumentado su presencia en nuestra vida tal y como refleja el estudio.
Está claro que este maldito virus ha cambiado demasiadas cosas en nuestra vida, nos ha hecho reflexionar y nos continúa afectando. Pero cuando todo esto pase, volveremos a abrazarnos, a tocarnos y a disfrutarnos, aunque no como siempre, sino más y mejor.
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