Diez cosas que harán (casi) indestructible tu relación

Diez cosas que harán (casi) indestructible tu relación

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Diez cosas que harán (casi) indestructible tu relación

Si hay una receta que parezca más secreta que la de la Coca-cola o la de la poción mágica de Astérix y Obélix es la de una relación fuerte y estupenda. No, no tengo la fórmula mágica, nadie la tiene (ohhhh), pero lo que sí tengo son algunos de los ingredientes fundamentales que ha de tener nuestro amor para que esté rico, tenga fundamento y además nos dure toda una vida. No es poco, ¿eh?

  • Buena comunicación… no es sincericidio. En casi todas las listas de qué cosas ha de tener una relación para que funcione aparece el clásico “hay que tener una buena comunicación” (ojo, que yo soy la primera en soltarlo en sesión, porque es verdad). Ahora bien, amigos, no confundamos tener una buena comunicación con tener diarreíta verbal: no hay que ir soltando todo lo que se nos pasa por la cabeza. Ser sincero no es decirlo todo: decirlo todo seguro acaba en drama, porque anda que no pensamos cosas raras los seres humanos a lo largo del día, ¿verdad?

  • Pasad tiempo en pareja. Esto puede parecer una obviedad pero a la hora de la verdad es algo en lo que renqueamos casi todas las parejas cuando hay convivencia. La rutina, la vorágine diaria hace que vayamos con el piloto automático puesto y cada día sea un poco sota-caballo-rey. Pero a pesar de eso debemos encontrar un espacio para los dos, un ratito de pareja, un regar la planta, que si no se nos pone mustia.

  • Tiempo en pareja… pero también tiempo a solas. Estoy segura de que tu chati y tú os queréis con locura y juntos estáis mejor que el camembert con mermelada de frambuesa, pero… Pero hay que separarse un poquito, polluelos. El fuego necesita aire para mantenerse a tope… no una manta encima (por muy mona que sea nuestra mantita del sofá).

  • Focus en lo positivo, no en lo negativo. Con los años se nos va estropeando la vista y cada vez vemos peor, ¿verdad? Pues algo así pasa con las relaciones de pareja: según va pasando el tiempo nuestros ojos del amor empiezan a ver mal de cerca y pasamos por alto lo bueno del otro. Lo curioso es que lo malo lo vemos estupendamente. Si queremos estar estupendos necesitamos cambiar el foco de atención de lo negativo, de lo que no nos gusta del otro, a lo positivo, a esos detalles que nos enamoraron.

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  • Sed un poco niños. Cumplir con las obligaciones laborales es imprescindible, y luego está la casa y los compromisos sociales y la compra y… mil cosas que nos apetecen entre cero y nada la mayoría de las veces pero que hacemos porque hay que hacerlas. Y en ese bucle de la tarea obligada, del “ser mayores” olvidamos lo lúdico, lo divertido de jugar, de reírse… Hay que tomar ejemplo de los más peques y aplicarlo a nuestra relación, nos va a sentar fenomenal.

  • Paradita en boxes. Cuando discutimos y no avanzamos es frecuente que poco a poco vayamos subiendo de tono e intensidad, ¿verdad? El problema es que eso solo nos va a llevar a que el objetivo de la discusión (llegar a un acuerdo) no se consiga y nos terminemos perdiendo en un laberinto de mal rollo y acusaciones. A veces para poder llegar a la meta necesitamos parar, tomar aire, cambiar las ruedas para que no salgan ardiendo o exploten y luego, con todo más fresquito, volver a la carrera a darlo todo. Si estáis atascados daos unos 20 minutos separados que permitan que baje la ofuscación.

  • Invierte en tu relación (trabaja en ella). El amor, que es una cosa muy bonita y estupenda, lamentablemente no es suficiente para mantener una relación a flote a lo largo del tiempo. El amor es una criaturita a la que hay que alimentar, por la que hay que trabajar. La creencia de que el amor todo lo puede lleva a más parejas a consulta que la infidelidad. Trabajar en tu relación no la hace menos mágica, la hace más fuerte.

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  • Hazte un Frozen y… let it go! A lo largo del día, de la semana o del mes seguro que hay cinco, diez o veinte cosas de tu pareja que te molestan, te enfadan o que directamente te sacan de tus casillas. Tranquilidad, eso es normal. Ahora bien, lo que no podemos pretender es abordar con nuestra pareja todas y cada una de ellas, porque entonces le estaremos dedicando nuestra vida a lo negativo. Hay que elegir (muy entre comillas) las batallas, seleccionar qué cosas de verdad merece la pena tratar o confrontar con nuestra pareja, y dejar pasar los detalles, lo que no es importante. Cantemos juntos con Elsa, Let it go, let it gooooo!

  • Con un poquito hacemos un muchito: no hace falta llenar la cama de pétalos de rosa cada noche (eso, además de caro, está más pasado de moda que las zapatillas con cuña). La experiencia como terapeuta me dice que son mucho más efectivas las pequeñas cosas, los detalles chiquitos pero sinceros y frecuentes, que las grandes demostraciones de amor. ¿Un ejemplo? Hacer halagos (cuando se perciben como sinceros hacen que nos sintamos estupendamente, ¿verdad?), dejar un post-it del amor en el espejo del baño, decirle lo arrancable que es esa camisa que lleva… Esas cositas que dan la vida.

  • Un toque de picante: disfrutad el uno del otro, ya sea en vertical o en horizontal, de día o de noche… Ya sabéis. Si cuando te dicen eso de “mantén viva la llama” lo que te imaginas es a un ejemplar de esos animalitos que escupen siendo atendida por médicos en urgencias… la que debería estar en urgencias es tu relación (al menos en lo sexual). ¿Cómo podemos hacer que no se extinga la pasión? Pues… haciendo, y haciendo más, y luego más… y probando y cambiando y hablando del tema y riéndonos con ello. ¿Sabes eso de que cuanto más duermes más quieres dormir? Pues eso pasa con el sexo también, así que ya sabes.

Ya tienes la receta, ¡ahora a cocinar!

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