Seis cosas sobre ti que no deberías contar a nadie, según una psicóloga

Abrirse a los demás, entendido como compartir pensamientos, emociones y experiencias personales, es una necesidad humana básica porque la intimidad, el apoyo emocional y el sentido de comunidad nos hace sentirnos comprendidas y aceptadas. De hecho, el psicólogo Sidney Jourard ya planteó en los años 70 que la autorrevelación es clave para el crecimiento personal y las relaciones saludables, y cuanto más se abren las personas en relaciones significativas, más se desarrollan emocionalmente y crean vínculos auténticos. Pero la clave es entender el concepto de relaciones significativas. No todas lo son y cuando contamos algo a alguien con quien no tenemos ese tipo de relación, puede que no reciba esa información con buenas intenciones.

Cuidado con lo que cuentas, pero sobre todo, cuidado con a quién se lo cuentas. Estas son las seis cosas que nunca deberías contar a nadie, especialmente si los acabamos de conocer o estamos en un entorno laboral, según Sílvia Severino, psicóloga InfantoJuvenil especialista en familias.

No cuentes tus planes

“La gente no siempre quiere verte brillar. Te pueden sabotear”, asegura Severino. La autorrevelación sin vínculo puede ser contraproducente. Esas personas podrían pueden desalentarte con comentarios negativos, proyectar en ti sus propios miedos o inseguridades y en ciertos casos, puede haber envidia e incluso pueden intentar sabotearte. Además, guardar tus metas para ti mismo o compartirlas solo con personas que son muy importantes en tu vida, puede ayudarte a mantener claridad en tu propósito.

No cuentes tus debilidades

La teoría de la atribución de Heider dice que la forma en que interpretamos las acciones de otros influye en nuestras relaciones con ellos. Si revelamos demasiadas vulnerabilidades al inicio, podrían pensar que tenemos una necesidad de validación excesiva o una incapacidad para manejar las emociones. A esto se suma lo que afirma la experta: “aunque parezcan confiar en ti, un día podrían usarlas en tu contra". Esa información que tú le regalas les podría servir para juzgarte en el futuro e incluso para manipularte, así que cuidado.

No hables de tus fracasos con cualquiera

“Muchos no te ven como alguien que lo intentó, sino como alguien que falló”, señala Severino. Aunque en el imaginario colectivo el fracaso se asocia con el aprendizaje, compartirlos puede afectar la percepción que otros tienen de ti. El “efecto halo” podría hacer que se produzca una generalización errónea en base a la impresión que esos fracasos les ha generado. Es posible que si compartes tus errores pasados con alguien que no conoce todo tu contexto o con quien no tienes una relación significativa, te juzgue únicamente por ellos en lugar de ver quién eres ahora.

No anuncies tu próximo gran paso

Cuando cuentas planes ambiciosos, tu cerebro puede “decirlo” con “hacerlo”, disminuyendo la energía necesaria para ejecutarlo. Además, puede llegar a cambiar tu motivación de interna (hacerlo porque tú lo deseas) a externa (hacerlo para mantener esa imagen que has proyectado), lo que te hace más vulnerable a la crítica y la presión social si las cosas no salen como esperabas. “Actúa en silencio y deja que los resultados hablen por ti”, recomienda la experta.

No compartas tus secretos

“Un verdadero sabio sabe esto: quien lo cuenta todo, se expone solo”, advierte Severino.  Guardar secretos puede proteger e incluso mejorar la vida individual y social. Tu información es poder, y compartir secretos con quien no ha demostrado merecer tu confianza te puede dejar en una situación desfavorable. Te vuelves vulnerable a la manipulación, a malentendidos o incluso el secreto puede ser usado en tu contra. Es más, ese secreto puede ser expuesto por alguien a quien le interesa perjudicarte.

No digas cuánto ganas ni cómo lo ganas

Hablar de tu situación financiera con personas que no son de tu círculo de mayor confianza puede provocar que se te juzgue de una forma errónea. Pueden pensar que estás alardeando, sentenciarte por tus ingresos o a ti por el trabajo que haces. ¿Significa eso que no tengo que hablar de lo que gano con nadie? No, significa que tienes que tener cuidado de con quién hablas del dinero que ganas. “Haz que se pregunten. El misterio también es poder”, asegura.

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