Adrián Chico, psicólogo y terapeuta de pareja: “La mentira de que si eres tú mismo vas a ser más feliz es de las peores que nos han colado”

La psicología positiva nos ha vendido esta frase sin pensar en que hay un matiz que explora la filosofía y que tenemos que tener en cuenta

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Anabel Palomares

Editor

Sé tú mismo. Has visto esta frase en tazas, sudaderas y mensajes motivadores que nos han vendido miles de veces. Pero en el simple hecho de ser nosotros mismos hay una interpretación de un papel: el de quien creemos que somos. “La mentira que nos han colado toda nuestra vida de que si eres tú mismo vas a ser más feliz, es que yo creo que es de las peores”, aseguraba en su cuenta de TikTok Adrián Chico. 

La reflexión que hace el psicólogo está a caballo entre la filosofía y la psicología, porque cuando intentamos ser nosotros mismos, ¿el mero de intentarlo lo convierte en una falacia? Según Chico, sí. “En el momento en el que tú te empiezas a plantear quién soy yo y qué es ser yo para poder ser yo con los demás, te estás encerrando en una cajita y reduciendo tu personalidad a unas etiquetas”, afirma. 

Cuando  intentar ser tú mismo se reduce a interpretar un papel más

Cuando lo haces, te obligas a descubrirte para interpretar el papel de quién eres y por eso la frase de “sé tú mismo”, en lugar de liberarnos, se convierte en una limitación porque nos lleva a actuar y a fijar una identidad rígida e irreal. El argumento es sencillo: cuando definimos nuestra identidad, lo que hacemos es acotarla y mantener una visión fija de nosotros mismos. Pero la identidad es fluida y cambiante. Un día podemos ser amables y otro día más ariscos pero ambos días seguimos siendo nosotros.  

“De lo que se trata es de ser. En el momento en que añades un “yo mismo” estás condicionando un yo que has creado a lo largo de toda tu vida basándote en tu personalidad, experiencias y expectativas”, asegura. Podemos ser reales, pero eso no significa que tengamos que intentar ser reales porque en el intento en sí, perdemos esa autenticidad. Es lo que explicaba el filósofo existencialista Martin Heidegger en ‘El ser y el tiempo’ en el que habla del Dasein y analiza la diferencia entre vivir de forma auténtica (Eigentlichkeit), asumiendo nuestra propia existencia, su finitud y su libertad radical y vivir atrapado en lo que “se hace” (das Man), siguiendo normas y expectativas sociales sin cuestionarlas.

@itsadrianchico

¿Qué pensáis? Es más profundo de lo que parece todo esto. #parati #relaciones #fyp #autoestima

♬ sonido original - Adrián Chico Psicología

Para Chico el motivo porque el que resulta imposible pretender ser “yo mismo” entendiendo esto como una perspectiva rígida de nuestra personalidad y nuestra persona, es que nuestra identidad no es (o no debería) ser rígida. “Yo un día real puedo ser la persona más encantadora del mundo, pero también forma parte de ser yo mismo que otro día esté borde porque estoy de mala leche”, asegura añadiendo que esa variabilidad es parte de la naturaleza humana. 

El auténtico reto no es “ser tú mismo” como un objetivo consciente, sino ser, de la manera más simple y llana. Sin intentar encajar en la propia perspectiva de nuestro yo. Y para tranquilizar a todos aquellos que no tenemos claro quiénes somos asegura que “no pasa nada por no saber quién eres tú, siendo tú”. 

Aceptar que nuestra identidad no está del todo definida es asumir algo que tanto la filosofía como la psicología llevan tiempo afirmando, que somos un proyecto inacabado que se moldea y cambia durante toda la vida. El filósofo Jean-Paul Sartre decía en ‘El ser y la nada’ que “la existencia precede a la esencia”, es decir, el ser humano primero existe, y luego se define a sí mismo a través de sus acciones y decisiones. La psicología del yo también nos recuerda que lo que creemos ser nace de lo que sentimos, lo que otros nos reflejan y nuestras experiencias.

Cuando dejamos de imaginar que el “yo” es una estructura rígida y aceptamos que más bien es un proceso vivo, aparece una libertad distinta en la que nos permitimos fallar y volver a intentarlo, redefinirnos sin sentir que nos traicionamos. “En el momento en el que aceptas que no tienes ni idea de quién eres en todo momento, es cuando puedes observar esa parte y lo que queda, ese sí eres tú. En paz, sin exigencias y sin necesidad de representar ningún papel”, resumía Adrián Chico.

Tal vez en lugar de esforzarnos tantísimo por ser nosotros mismos, simplemente deberíamos ser. En lugar de perseguir una identidad acabada y tratar de habitarla, podemos indagar con curiosidad en la posibilidad de ser porque ahí, todo es posible.

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Fotos | Rachel Salles en Unsplash

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