Disneyland es un lugar tan feliz que se ha convertido en el espacio favorito de la Generación Z, pero no para divertirse, sino para teletrabajar

Los costos del parque y la oportunidad de tomarse un break en una montaña rusa son grandes atractivos

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Si la pandemia por Covid-19 nos dejó una gran lección, esa es la de que podemos trabajar desde cualquier lugar, a nuestro ritmo, y con nuestras propias comodidades; por ello, cualquier espacio con internet en donde podamos conectarnos con el portátil se vuelve el punto perfecto desde donde podemos cumplir con nuestros pendientes, incluso si ese lugar es un conocido parque de diversiones.

Jenna Clark, una periodista experta en parques de atracciones que colabora con títulos estadounidenses como Business Insider, supo encontrar el balance perfecto entre sus dos pasiones: los parques de atracciones y su trabajo como redactora. ¿El resultado? La oficina más fantástica jamás pensada: teletrabajar desde Disney World Orlando.

La experiencia de Jenna se ha viralizado a tal grado, que incluso se han abierto comentarios en un hilo de Reddit o publicaciones de Instagram en donde se comparten consejos sobre cómo llevar con éxito una jornada de teletrabajo exitosa en un lugar atiborrado de gente: desde identificar dónde están los enchufes mejor posicionados y hasta reconocer dónde se consigue la mejor cobertura WiFi.

Más barato... y más divertido

Las personas que buscan salir de la monotonía de su casa han apostado por asistir a lugares de coworking en donde encuentran todas las facilidades para poder llevar a cabo sus deberes a distancia: un espacio tranquilo, electricidad y una buena conexión a internet que se complementa con los extras de un café o un lunch.

Sin embargo, el trabajar desde un parque de atracciones no sólo garantiza un break mucho más divertido que sólo desconectarse para ver videos de TikTok, ya que, como afirma Jane, resulta mucho más económico trabajar desde Disney que pagar por un espacio compartido de trabajo de oficina.


 

¿El truco? comprar un pase anual con el que se puede acceder todos los días del año sin límite, lo cual es una ventaja si, como en el caso de Jenna, vives cerca de uno y puedes acercarte andando a pie.

A modo de referencia, el precio del pase anual Pass Bronze para Disneyland Paris es de 289 euros al año (unos 5.259 pesos), aunque está limitado a 170 días al año, mientras que la modalidad Pass Silver cuesta 499 euros (9.081 pesos) para 300 días.

El Pass Gold permite acceso los 365 días por 699 euros (unos 12.720 pesos), si lo comparamos con la renta de un espacio de coworking en la Ciudad de México, éste es casi del doble: con un costo de 2.250 pesos al mes (27.000 pesos al año) con acceso ilimitado a internet de alta velocidad y a una estación de café, eso si: sin montañas rusas ni posibilidad de fotos con Mickey Mouse.

Este tipo de prácticas ha desatado comentarios contrastantes en internet: ya que, mientras muchos aseguran que es una gran idea el despegarse de la silla del comedor para salir a despejar la mente en un espacio nuevo de trabajo, muchos más aseguran que, en realidad, es ridículo pagar por usar un espacio de trabajo en donde, a causa del ruido y la gente, la concentración y el rendimiento pueden ser casi nulos.

Foto de Magnet.me en Unsplash | Foto de Brian McGowan en Unsplash

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