Años 60, Milán, un espíritu decididamente hippy con estampados y ambiente de festival de música, esto es lo que Roberto Cavalli nos ha querido transmitir a través de su nueva colección para la próxima temporada estival, en el Corso de Milán durante la Fashion Week dedicada a la Moda Donna. Un mood que ya habíamos visto en Just Cavalli pues es normal que al tratarse de una segunda línea, pueda permitirse interesarse y explorar subculturas que en su línea principal más focalizada en el trabajo artesanl y en el glamour.
Pero la experiencia les ha debido de funcionar tan bien, que no han dudado en hacerse eco de ella, cuidando más las telas y los acabados, como es lógico. Debe ser que cada vez más celebrities y modelos frecuentan este tipo de festivales.
Verónica Etro nunca ha tenido problemas en admitir que no es particularmente amiga de las nuevas tecnologías y que prefiere la manufactura imperfecta a las producciones industriales en serie. Por este motivo, su nueva colección está compuesta por prendas hechas a mano, tintadas, bordadas, cortadas y personalizadas una a una.
Las telas son ligeras, mientras que los bordados son densos lo que crea un contraste que funciona genial, y que encaja a la perfección en la filosofía profundamente boho (burguesa y bohemia) de la marca, que parece querer un mensaje de libertad unido al tema del viaje que, desde siempre, ha formado parte del ADN de Etro.
En la pasarela para la próxima primavera firmada por Versace desfila una mujer bien definida, sin demasiados adornos, capaz de lucir tonalidades decididas o geométricas estampadas sobre tejidos que casan a la perfección con este estilo de líneas modernistas.
También hemos visto reinterpretada la famosa Medusa, logo de la firma, en clave warholiana, pero sin renunciar jamás al aspecto sartorial en el que, sin embargo, se puede apreciar las costuras a la vista, como ya vimos en Prada.
La inspiración de Bottega Veneta para su colección estival viene directamente del mundo de la danza. Por esto mismo se ha focalizado sobre la postura, siempre elegante y agraciada, dando como resultado una danza sí, pero de lujo. Las prendas son suaves y se ajustan a las figuras, las faldas se hinchan, los tejidos resultan maleables, dispuestos en capas o drapeados, pero siempre importantes. Las faldas, como os decíamos, recuerdan un poco a la de las bailarinas.
Los materiales que se han utilizado van desde el macramé a las pieles. En ocasiones, los bajos y los vivos van sin rematar, haciendo prevalecer una sensación de relajada dejadez.
Colores sorbete y delicadeza tanto en las formas como en las telas de hermosas tonalidades, así se podría describir la nueva colección de Missoni para la próxima primavera, inspirada en un ancestro de la familia, el capitán James Misson que en su día tentó la conquista de Madagascar a final del siglo XVII. Un mundo nuevo por explorar, la esperanza de un futuro por construir, todo esto y mucho más sugiere esta nueva colección que también desprende una cierta y lánguida nostalgia de climas tropicales.
Con esta colección Armani vuelve al azul, su color fetiche, que en las pasarelas se vuelve casi gris, para luego hacerse más oscuro hasta volverse nocturno. Un color que parece dominar, e ir bien con cualquier temporada gracias a sus infinitas variaciones que pueden ir desde el azul claro de un día soleado hasta el azul oscuro de los mares más profundos. En cuanto a la actitud, nos ha parecido definitivamente más moderna y actual, quizá se deba a su pasión por los acabados metálicos con líneas casual aunque nunca banales.
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