El pasado domingo, día 1 de septiembre, la firma de relojes Jaeger-LeCoultre –referencia de Haute Horlogerie suiza y patrocinador oficial del Festival de Cine de Venecia desde hace diez años -, celebró su 180 aniversario en Venecia, en el Teatro de la Fenice, en presencia de doscientos cincuenta invitados llegados de todas partes del mundo.
A la cita acudió, entre otras importantes celebrities, Diane Kruger, que colabora con la firma desde hace varios años, y es el rostro de sus colecciones de relojes femeninas, el actor Joshua Jackson, y Carmen Chaplin.
Uno de los invitados de honor al evento fue el compositor francés Éric Serra a quien se le pidió que compusiese una obra musical que se interpretaría durante la gala. Para que pudiese impregnarse bien de todo el universo Jaeger-LeCoultre, se le invitó a visitar la fábrica en la Vallée de Joux y los talleres, donde el maestro tuvo la oportunidad de descubrir los sonidos típicos de los artesanos relojeros.
De resultas, el famoso compositor, conocido por haber creado la banda sonora de numerosas películas (compuso la música de la película GoldenEye perteneciente a la saga de James Bond), hizo una reinterpretación de su obra “Diva Dance”, extraída de la banda original de la película “El Quinto Elemento” de Luc Besson.
Esta pieza, al mezclar el sonido techno con la partitura de la opera Lucia de Lammermoor de Gaetano Donizetti creó un ambiente de cuento de hadas que sirvió de telón de fondo musical para poner en escena de forma espléndida las creaciones Jaeger-LeCoultre.
Los invitados al evento tuvieron la ocasión de descubrir las diez obras maestras de la colección Hybris Mechanica dentro de un marco digno del más espectacular decorado que quepa imaginar. Para poder admirar de cerca cada una de estas creaciones, los invitados tenían que situarse en el centro de un engranaje gigante.
Jaeger-LeCoultre también tuvo a bien explicar, por primera vez, la técnica para realizar una pintura en miniatura sobre el cristal zafiro del reloj modelo Toubillon Enamel, que representa dos grullas, símbolo de longevidad, que se posan para descansar sobre la esfera de esmalte, que parece estar rodeada de hojas verdes grabadas sobre el cristal que las recubre. ¡Espectacular!
En el siglo XIX, Antoine LeCoultre, un visionario nacido en la Vallée de Joux en Suiza, creaba la firma que lleva su apellido reuniendo bajo un mismo techo los diferentes savoir-faire necesarios para la creación de relojes de bolsillo de una calidad nunca vista hasta la fecha.
Inspirándose en estas creación del siglo XIX, los maestros artesanos relojeros de Jaeger-LeCoultre han creado la colección Jubilé que pudieron admirar los invitados al evento. Una velada para recordar, ¿no os parece?
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