Las 10 autoras más vendidas solo tienen un 19% de lectores, contra un 81% de lectoras, según un estudio

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Para su libro The Authority Gap: Why women are still taken less seriously than men, and what we can do about it (que en español se traduciría como La brecha de autoridad: por qué a las mujeres se las toma menos en serio que a los hombres), Mary Ann Sieghart le encargó a Nielsen Book Research un informe sobre quién leía qué. Los resultados confirmaron sus sospechas: es poco probable, en un porcentaje desproporcionado, que un lector masculino abra un libro escrito por una mujer.

Entre las diez autoras más leídas, según este estudio, se encuentran Jane Austen; Margaret Atwood; Danielle Steel o Jojo Moyes. Sin embargo, solo el 19% de sus lectores son hombres y el 81% lo conforman mujeres. En el lado opuesto, el top 10 de los autores más leídos (Charles Dickens, JRR Tolkien, Lee Child, Stephen King...) se reparte su público de forma más equitativa: 55% de sus lectores son hombres y el 45% mujeres.

Esto lleva a concluir, como recoge Sieghart en un artículo publicado por The Guardian (escondiendo intencionadamente su nombre femenino), que las mujeres están dispuestas a leer libros escritos por hombres pero muy pocos hombres están dispuestos a hacer lo mismo a la inversa. De hecho, la primera en la lista de escritoras más leídas firma sus thrillers con iniciales: LJ Ross, por lo que no se puede saber de primeras su género.

Otro dato que la autora del ensayo considera crucial es que las mujeres tienen un 65% más de probabilidades de leer un libro de no ficción de un autor del sexo opuesto que los hombres. "Todo esto sugiere que ellos, consciente o inconscientemente, no otorgan a las autoras tanta autoridad como a los autores", analiza Sieghart.

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Pero la tragedia, más allá de los números, no se queda ahí. "Si los hombres no leen libros escritor por y sobre mujeres, no conseguirán entender nuestras psiques y nuestras experiencia vital", explica la ensayista. "Seguirán viendo el mundo casi por completo a través de su lente masculina y con la experiencia masculina como la norma, unas miras muy cortas que nos pasará factura en nuestra relación con ellos", añade.

Además, es algo que empobrece a las escritoras, cuyo trabajo se considera de nicho en vez de mainstream si solo es consumido principalmente por otras mujeres. De este modo, como señala Mary Ann, "ganarán menos respeto, estatus y dinero".

A colación de la publicación del artículo en The Guardian, la editora Patricia Escalona quiso ampliar la información con unos cuantos datos extra que conoce de primera mano. Fue en su cuenta de Twitter, donde ha asegurado que, además de todo lo dicho anteriormente: "a las autoras se les pagan anticipos menores y sus libros son más baratos".

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