Este es el perfume que siempre llevo a la oficina. Sus notas limpias y elegantes hacen que sólo me arrepienta de una cosa: haber comprado sólo una botella

Siempre he sido bastante tiquismiquis con los perfumes que pudiera usar en el trabajo: buscaba algo elegante, limpio y que no invadiera a todo aquel que pasaba junto a mí. Vamos, quería ese tipo de olor que hace que la gente se acerque un poco más sin darse cuenta. Después de probar unas cuantas opciones que prometían mucho y cumplían poco, di con una fragancia que parecía hecha a medida para lo que buscaba. Y, sinceramente, ahora me arrepiento de haber comprado sólo una botella.

El perfume en cuestión es Boss Bottled Night, una elección que a primera vista puede parecer contradictoria. Con ese "Night" tan contundente en la caja, cualquiera diría que está pensado para salidas nocturnas, cenas arregladas o momentos en los que quieres marcar un poco más. Pero lo sorprendente es que, al ponértelo por la mañana, no transmite nada de eso. 

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Gracias al aroma de la lavanda, es un aroma limpio, fresco y con un punto energético que encaja de maravilla en mi ritmo de trabajo: tiene ese toque elegante que no abruma, de esos perfumes que huelen a persona organizada y con las ideas claras.

Lo que más me sorprendió fueron sus notas, que tienen algo adictivo. Hay un frescor que despierta sin necesidad de café, una limpieza casi luminosa que se vuelve un poco jabonosa, y un punto masculino suave que queda muy bien incluso en espacios cerrados. 

El primer spray es una ráfaga intrigante; siento cómo las notas de cabeza, con esa mezcla vivaz de lavanda y abedul, abren el camino con una frescura aromática y casi helada. Sin embargo, tal como la jornada de trabajo evoluciona con un cardamomo y notas amaderadas que toman el protagonismo, convirtiéndose en un aroma sofisticado y profundo que, sin ser abrumador, proyecta una confianza sutil que me hace sentir con energía.

Con el uso diario, Boss Bottled Night se ha convertido en ese perfume que me pongo sin pensarlo porque sé que nunca falla. Y ahí es donde entra mi arrepentimiento: compré sólo una botella pensando que sería un capricho puntual y ahora me veo racionándolo como si fuese oro líquido, porque la mala noticia es que BOSS ha descontinuado este flanker por completo, por lo que conseguirlo es una tarea titánica.

Si buscas un perfume que te acompañe en la oficina sin hacerse notar demasiado pero que deje un aroma agradable y elegante, éste es de los que mereces tener siempre a la mano.

Yo, por mi parte, ya tengo claro que cuando se acabe no vuelvo a cometer el mismo error, y cuando vuelva a donde lo compré, saldré con dos botellas en mano.

Fotos de Joel Calata