Esta receta tradicional de la cocina de Jaén es tan versátil que se puede servir como plato por sí sola, como tapa o como guarnición. Se trata de las patatas al ajillo pastor, que es el aliño o salsa que preparaban los pastores en la Edad Media para dar sabor a las carnes de cordero, conejo y pollo. Es muy sabroso porque va cargado de especias y condimentos: dientes de ajo, sal, cominos, pimentón, vino y vinagre... aunque hay quien también añade aceite de oliva y orégano. A día de hoy, esta salsa sigue utilizándose en multitud de recetas debido a la sencillez de su elaboración y a sus pocos y básicos ingredientes.
En primer lugar, pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de igual tamaño. Majamos en un mortero el orégano, los dientes de ajo pelados, la sal y el pimentón. Cuando obtengamos una especie de pasta, agregamos el vinagre y el vino blanco. Removemos bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Después, calentamos un poco de aceite en una sartén y doramos ligeramente las patatas por las dos caras. Cuando estén semi cocidas, añadimos la salsa y un poco de agua y cocemos a fuego medio-bajo hasta que las patatas estén tiernas. Servimos inmediatamente, ya sea como un plato en sí o como guarnición.
Son ideales para acompañar cualquier tipo de carne o pescado, haciendo que el plato suba de nivel para, por ejemplo, una cena especial como la que consigues con las mejores recetas navideñas. También se pueden servir con un par de huevos fritos, al estilo de los clásicos huevos rotos. Se sirvan como se sirvan son una delicia.
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