El verano ha llegado sin avisar y antes de tiempo, y aunque aún no hemos llegado ni a la mitad del año, ya notamos un calor que será la antesala de un verano para recordar. De hecho, y, según las previsiones de la AEMET Agencia, las masas de aire que sobrevalorarán el sur peninsular en los próximos días "llegarán a estar entre el 1 % de las más cálidas registradas en estas fechas".
Para superar este calor podemos tirar de frutas como la sandía, de bebidas como el té helado y como no, de los helados. Lo malo es que los helados que se comercializan tienen muchos azúcares y grasas y no son la opción más sana del mundo. Pero los helados caseros son una alternativa excelente para combatir el calor y hacerlo dentro de una alimentación saludable.
Esta vez te proponemos hacer un helado de limón cremoso con solo tres ingredientes y que está buenísimo. Además no necesitamos heladera y puedes tenerlo en el congelador para darte un capricho en los días más calurosos.
Cómo hacer helado de limón cremoso en casa
Aunque tendemos a aprovechar de los limones solo el zumo, por ejemplo tomando el zumo de medio limón por la mañana, lo cierto es que la cáscara de limón tiene numerosas propiedades, más incluso que la pulpa, como nos explican los expertos de Directo al Paladar. En este caso podríamos licuar los limones enteros, pero corremos el riesgo de que la parte blanca de la piel del limón le de un amargor que no nos apetece sentir en boca. Si nuestros limones tienen una piel muy fina y sin apenas esta parte blanca podríamos triturarlos enteros, pero para no arriesgar, vamos a separarlo y así evitamos el amargo.
Lo primero que hacemos es lavar bien tres limones y secarlos con un poco de papel de cocina. Vamos a quedarnos con la piel y podemos hacerlo de dos maneras, hallándola con un rallador fino y con cuidado de no llevarnos esa parte blanca, o usando un pelador para quitarle la piel, de nuevo con cuidado de no tener la parte blanca. A mí me resulta más fácil controlarlo con un rallador tipo microplane. Tengo más control de no pasarme con la parte blanca. Una vez rallada la piel, la reservamos y pelamos los limones. No vamos a quedarnos solo con el zumo, también queremos la pulpa pero no la parte blanca, así que pelamos y troceamos la pulpa.
En una batidora de vaso si tenemos (o en un bol si tenemos batidora de mano), añadimos los limones, la piel, un bote de leche de coco y un chorro de sirope de ágave. Podríamos usar miel, pero me gusta el sabor más discreto del sirope en este caso. La cantidad de dulce dependerá de lo que nos guste, pero comienza con poco y prueba después de batir para añadir más si fuera necesario. Batimos hasta conseguir una mezcla homogénea y rectificamos el dulzor.
Una vez tenemos la crema hecha, vamos a usar un truco de expertos para conseguir un helado cremoso sin necesidad de usar heladera: cubitos con la mezcla. Ponemos la crema que hemos triturado bien en una cubitera que llevaremos al congelador durante una hora y media.
Una vez congelada, llevamos los cubitos a la batidora como si fueran cubitos de hielo, y trituramos de nuevo hasta conseguir que quede cremoso y con la textura deseada. Ya lo tienes listo para disfrutar, y lo mejor es que puedes tener la cubitera en el congelador preparada para poder tomarlo cuando te apetezca.
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