Una receta sencilla, reconfortante y con esa magia italiana que convierte cualquier comida o cena entre semana en algo especial. Así son las berenjenas a las parmesanas que vamos a preparar hoy. No tiene mayor ciencia que poner en una fuentes capas de berenjena, salsa de tomate, albahaca y queso rallado. Además, siguiendo esta receta, el resultado es más ligero porque prescinde de la bechamel, por lo que reduce considerablemente el aporte calórico sin renunciar a la textura cremosa ni al sabor. Es un plato perfecto como plato principal o incluso como guarnición. Además, se puede preparar con antelación.
Lo primero es lavar bien las berenjenas y cortarlas en rodajas finas (de unos cinco milímetros). Si nos preocupa que el resultado final sea amargo, podemos espolvorear un poco de sal por encima mientras las dejamos reposar unos veinte minutos. Después, las secamos con papel de cocina.
Mientras tanto, nos ponemos con la preparación de la salsa de tomate casera. En una sartén, ponemos un chorrito de aceite y sofreimos las cebolla y el ajo picados. Añadimos también el tomate triturado, sal, pimienta y unas hojas de albahaca fresca. Dejamos que se cocine a fuego medio unos 15-20 minutos, hasta que la salsa espese y empiece a oler que da gusto.
Cuando la salsa esté lista, doramos las rodajas de berenjena en una sartén con muy poco aceite. No obstante, para obtener una versión más ligera, podemos hacerlas al horno unos minutos por cada lado. Eso sí, si vamos justos de tiempo o nos apetece ahorrarnos un paso de la receta, podemos recurrir a un buen tomate frito casero.
Ahora viene la parte más entretenida: montar las capas. En una fuente para horno, ponemos una base de salsa, después una capa berenjena, un poco de mozzarella, parmesano y más salsa. Repetimos el proceso hasta terminar y acabamos con una capa generosa de queso. Por cierto, si no tienes mozzarella, también se puede usar ricotta o queso fresco batido.
Horneamos a 180 ºC durante unos 25-30 minutos o hasta que la superficie esté dorada. Cuando nuestras berenjenas estén listas, dejamos reposar unos minutos antes de servir. Lo bueno es que, si sobra, se conserva perfectamente en la nevera hasta tres días y también se puede congelar.
Foto de portada | Directo al paladar
En Trendencias | 21 recetas de pasta italiana con las que no aburrirte nunca
Ver 0 comentarios